Tras ser parte de la exitosa serie española “El Internado: Las Cumbres” y con apenas 14 años, Francisca Aronsson encabeza una nueva generación de artistas jóvenes con una mirada global.
La multifacética adolescente es parte de una ola de creadores de contenido con una voz poderosa y conciencia sobre el gran impacto en su público. Con nuevos proyectos en mente y más de un millón de seguidores, Francisca reflexiona sobre crecer en el ojo público y lidiar con el acoso que recibe sobre su físico y su trabajo artístico en las redes sociales.
Fran trae consigo una visión clara sobre el futuro de un mercado ambicioso y el poder que tiene como actriz para impulsarlo.
Fotografía Aless Gogny
Dirección de arte Cayetano García
Styling Sharon Cadillo
Maquillaje y pelo Micaela Linares
Francisca usa Sastre, Macalo, Zaddy, Romina Montserrat, Delosantos, Yanbal
Locación Miraflores Park, a Belmond Hotel
A comienzos de este año, la actriz peruana, Francisca Aronsson se encontraba frente a su computadora atenta y con mucho entusiasmo. Esa madrugada se estrenaría a nivel global la serie “El Internado: Las Cumbres” en la plataforma de streaming Amazon Prime. A sus cortos catorce años, Francisca tuvo la oportunidad de participar en dicha serie española, la cual se convirtió en una de las más vistas por varias semanas. El momento, ella lo describe como “un antes y después de mi carrera. Sin embargo, un paso pequeño que me ha permitido conocer un mercado más grande”.
Comentarios negativos siempre van a haber. Haters que tiran comentarios feos, sobre mi físico o mi actuación. Ya no me afectan, a pesar de que invaden mi privacidad. Yo estoy muy segura de mí misma”
Francisca, ha ido creciendo artística y personalmente a pasos de gigante, encabezando una nueva generación de artistas con una visión clara sobre la responsabilidad en su arte. Pese a su edad, la objetividad y claridad de Francisca sorprende a cualquiera. Desde muy pequeña encontró en la actuación la forma perfecta para poder expresarse y lo que se convertiría en su profesión. Su padre es sueco y su madre peruana; al trabajar ambos con ONGs y en asuntos de cooperación internacional, le otorgaron a Francisca la oportunidad de vivir en muchos lugares. Fue así que en Bolivia, una popular teleserie peruana capturó su atención. “Nos encontrábamos en la frontera con Brasil, en medio de la selva. La televisión era mi principal interés y así me obsesioné con los actores y actrices que salían en la tele”, recuerda Aronsson. Ya en Perú, comenzó su intensa formación actoral, permitiéndole conseguir diversos papeles en producciones peruanas para la pantalla chica y grande.
Se suele decir que un actor o actriz tiene el superpoder de vivir la vida de miles de personas. Una tarea que requiere un proceso de interiorización e investigación para nada simple. La complejidad de la labor artística es lo que más parece llamarle la atención a Francisca. “La actuación te permite hacer que las personas conecten con historias maravillosas. Es muy interesante el hecho de vivir otras vidas. Puedo vivir treinta vidas en tres meses [ríe]”. Antes de cualquier papel, Francisca se toma el tiempo de hacer una investigación previa dentro de la psicología del personaje. Esta pasión la ha llevado a pensar en estudiar esta ciencia y encontrar “el lado más pervertido y adorable de cualquier personaje”.
“En mi familia, siempre me han inculcado el hecho de creer en una misma y hacer lo que a una le apasiona. Es necesario tener adolescentes con las cosas claras, especialmente ahora. Por eso, quiero proyectar eso a mi público”, comenta Francisca. Con más de 200 mil seguidores en la plataforma más popular de su generación, Tik Tok, la actriz es consciente del impacto que genera en sus seguidores.
Hay muchas cosas por mejorar en el Perú. Mucho talento por descubrir y oportunidades que dar a los jóvenes. Tiene que haber un grupo de actores jóvenes más amplio para convertir al mercado en una industria”
Al estar expuesta a redes desde muy pequeña, el ataque cobarde de muchos usuarios anónimos frente a su aspecto físico o trabajo actoral comenzaron a llegar. Diversos estudios indican que el ciberacoso llega a representar el 36.5% de los casos de bullying. Una cultura digital que ejerce una enorme presión en los jóvenes usuarios nativos de las plataformas sociales. Las redes sociales pueden resultar un campo de batalla violenta, en especial para jóvenes mujeres como Francisca Aronsson. Ella reconoce que si bien no puede evitar leerlos, ha construido una red de soporte en su familia necesaria para poder enfrentar esta presión. “Comentarios negativos siempre van a haber. Haters que tiran comentarios feos, sobre mi físico o mi actuación. Ya no me afectan, a pesar de que invaden mi privacidad. Yo estoy muy segura de mí misma”, señala. La actriz aprecia la constructividad de algunos comentarios, pero sabe que lo mejor frente a los comentarios destructivos es “borrar y bloquear”.
Un papel en una serie española dentro de un servicio de streaming internacional sería una oportunidad perfecta para una joven actriz. Un reto tan grande que necesitaría una preparación aún mayor en proporción. “Fue una experiencia maravillosa. Me he llevado muy buenos recuerdos y amigos de esa experiencia”, recuerda Francisca. ‘El Internado: Las Cumbres’ es una serie de misterio que tiene como escenario un internado estricto en donde conviven adolescentes problemáticos. La interacción entre los personajes muestra la complejidad emocional de cada uno, especialmente del personaje que interpreta Francisca: Rita.
“Rita es una niña psicópata, un gran reto para mí. Manipuladora y rencorosa. Nunca pensé que iba a dar mi primer beso en la televisión como lo hice con ese personaje. A pesar del carácter negativo del personaje, fue uno muy bonito para interpretar”, señala. El proceso de casting fue uno de los más largos por el que tuvo que pasar Francisca. Para ella, esto significaba un cambio grande en su carrera. Ya era hora de interpretar personajes más diversos, con historias más oscuras y enfrentarse a un mercado cada vez más competitivo. La generación nueva de actores y actrices tienen objetivos mucho más globales que antes, gracias a la capacidad masiva de distribución audiovisual. “España es un mercado que me interesa mucho porque es diferente. Apuestan por proyectos únicos y eso motiva a uno a prepararse más para que a la gente le guste mi trabajo”.
Tener la oportunidad de experimentar los mercados y proyectos de distintas partes del mundo, enriquece la labor de cualquier artista. Para Fran, esto es un llamado de atención para el mercado creativo en el Perú, pero que la llena de esperanza. “Hay muchas cosas por mejorar en el Perú. Mucho talento por descubrir y oportunidades que dar a los jóvenes. Tiene que haber un grupo de actores jóvenes más amplio para convertir al mercado en una industria”. Uno de los principales problemas que encuentra es que el público suele estar acostumbrado a consumir un tipo de narrativa en los contenidos. Apostar en la producción de historias diferentes en nuestro país puede llegar a modificar el consumo del público a uno más amplio y diverso.
“Los artistas tenemos mucho poder en nuestras manos, por ejemplo al aceptar proyectos. Nosotros somos los que le damos el contenido que va a permitir avanzar este mercado. Debemos hablar con los directores y productores. Animarlos a producir nuevas ideas que favorezcan al público y a otros actores”, señala Fran. Con catorce años, Francisca la tiene clara. A pocas semanas de lanzar una canción propia y una colección de vestidos para quinceañeras, conoce el rol que debe jugar. Un rol con mucha responsabilidad dentro del mercado en el que se mueve y el impacto que tiene en futuras estrellas jóvenes como ella. Pero sobre todo, una visión global y llena de esperanza. “Lo que le diría a jóvenes actores es que se preparen para actuar en todo el mundo”.
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