Generación Z[endaya]: ¿Quién es el artífice detrás de la imagen del ícono actual?

Zendaya Coleman es, indudablemente, una de las estrellas más icónicas de la generación actual. Desde sus inicios en Disney Channel, hasta sus deslumbrantes apariciones en cada alfombra roja, es seguro afirmar que Coleman siempre ha sido y será una auténtica fuerza a tener en cuenta. 
Junto a su inseparable estilista desde hace más de una década, no sólo han construido looks poderosamente visuales, sino también han roto barreras y expresado necesarios mensajes. Más aún, han cambiado la manera en la que se promocionan proyectos y han destruido las duras expectativas clásicas a las que se enfrentan mujeres jóvenes como Zendaya. Hacemos un análisis de las estrategias que ambos han aplicado y con las que han logrado visibilidad en la industria, así como el impacto que estas han tenido en las carreras del dúo. 


Por Luis Jesús Risco

Pareciera imposible hablar sobre la estadounidense de 25 años sin mencionar su estilo, el cual tiende a desatar furor entre los aficionados de la moda. Sin embargo, al discutir este, es común omitir al principal encargado y la mente detrás de todos sus atuendos. 

Autodenominado como “arquitecto de la imagen”, Law Roach es un estilista americano cuyas colaboraciones con celebridades incluyen a diversos íconos como Ariana Grande, Brandy, Céline Dion y, por supuesto, Zendaya. El origen de la relación colaborativa entre Coleman y Roach se remonta aproximadamente al año 2009, luego de que imágenes del rapero Kanye West visitando Deliciously Vintage, la tienda del estilista, en busca de inspiración para su propia línea de ropa fueran lanzadas por TMZ. Aquello impulsó la carrera de Roach y lo convenció de migrar de su natal Chicago hacia Los Ángeles, donde conoció a la entonces estrella infantil de Disney. Desde ese momento, encontró en el mundo de la moda, tanto la aceptación anhelada, como la realización a plenitud de su llamamiento.

Habiendo crecido en un Chicago en el que perseguir una carrera en aquello que lo apasionaba simplemente no era una opción, el primer contacto entre Roach y la disciplina artística de la moda fue a través de las muñecas Barbie de sus hermanas menores. “La moda siempre me cautivó, desde muy pequeño. Las muñecas despertaron mi pasión, pero quienes siempre me han inspirado son las mujeres reales”, revela a un diario español. Este juego de improvisar looks, se suma a la rutina de contemplar a su abuela, a quien describe como “muy religiosa”, alistarse cada domingo para la iglesia. “Era un ritual para ella: elegir el vestido, los zapatos, maquillarse… contar con aquel ejemplo desde muy joven, me hizo enamorarme de las mujeres y de su estilo”

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Resulta enternecedor considerar la idea de que Roach encontró en Zendaya, aparte de una amiga, una muñeca de la vida real a quien asesorar, vestir y acompañar. El primer encuentro entre ambos ocurrió cuando esta última tenía tan solo 13 años. El evento: la primera película de Justin Bieber. El estilista recuerda el inicio de aquella relación colaborativa como “un flechazo”. 12 años después, el dúo continúa superando expectativas en cuanto a creatividad y versatilidad respecta. A propósito de su debut, Roach señala: “desde que la conocí vi que ella tenía mucho que decir y hacer, y podíamos hacerlo usando la moda como plataforma”, tarea que han cumplido a cabalidad, considerando el mensaje de empoderamiento femenino y orgullo negro que se aseguran de incluir en cada outfit.

Sin embargo, no todo ha sido un cuento de hadas para el par. De hecho, posterior a su primer evento juntos, enfrentaron una gran tasa de rechazo por parte de las firmas, quienes utilizaban el hecho de que se trataba de una adolescente prácticamente desconocida como argumento para no vestirla. Con el objetivo de que la carrera de su cliente estrella realmente despegara, Roach ideó y aplicó una sumamente astuta estrategia: tomando como punto de partida el afán de los medios faranduleros de comparar, principalmente, a las mujeres, comenzó a vestir a Zendaya con prendas o accesorios que celebridades de mayor escala usaron previamente. Así, logró mayor exposición para la artista, ubicándola junto a íconos de estilo y personalidades establecidas del entretenimiento en aquellos cuestionables espacios de moda que formulaban la  interrogante “Who wore it better?” (“¿Quién lo lució mejor?”).

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La exposición y visibilidad que el trabajar con una “chica Disney” brindó al trabajo de Roach fue inmediata y le sirvió como puente hacia Hollywood. En ese marco, Céline Dion, inspirada por la preferencia de sus menores hijos por el contenido de dicha cadena, se animó a contratar los servicios del estilista por el período de un mes. Durante su estancia en París, lució orgullosa las elecciones que Roach hizo para ella. Los estilismos mencionados marcaron un antes y después en la relación de la canadiense con la moda. 

Zendaya en los Premios Óscar del 2015.

Volviendo al dúo de interés; momentos icónicos para discutir, sobran. Sin embargo, uno de los primeros en generar una reacción interesante fue el vestido Vivienne Westwood con el que asistió a la octogésimo séptima entrega de los Premios Óscar en el 2015. El vestido tono marfil fue aplaudido por numerosos medios de moda alrededor del mundo, a diferencia del cabello, que recibió duras críticas y burlas impartidas por usuarios de redes y en particular, una de las presentadoras del programa Fashion Police de E! Entertainment Television. Ante los comentarios de Giuliana Rancic, indicando que Coleman, de 18 años, al llevar dreadlocks (rastas), “probablemente olía a aceites y marihuana”, Zendaya utilizó su plataforma de Twitter para expresar su ingrata sorpresa con los estereotipos fomentados, así como dejar una reflexión en base a la relación cultural de las comunidades de color y su cabello.

Zendaya en la Met Gala 2017.

Es casi como si, tras este incidente, Roach y Zendaya hubiesen caído en cuenta del poder que tienen desde la plataforma que manejan. Partiendo de esta premisa, los años siguientes estuvieron repletos de memorables puntos que terminaron de cimentar sus carreras. Tomemos, por ejemplo, la Met Gala del 2017, a la cual asistió llevando otro estilo de cabello afrocéntrico que, al igual que los dreadlocks en el 2015, generó reacciones cruzadas en el público y revivió la misma conversación acerca de el cabello natural y los estilos protectores. Las dos galas posteriores, por su parte, representan algunos de los atuendos más icónicos que el par ha llevado a la alfombra rosada: 2018 y 2019 con los trajes inspirados por Juana de Arco y la Cenicienta de Disney respectivamente. 

Zendaya en la Met Gala 2018.
Zendaya en la Met Gala 2019.

Junto al elenco de su último gran proyecto, la cinta Dune, Zendaya se prepara para el estreno global. Anterior a este, contemplado para finales de octubre, el filme ya ha tenido una premiere en París y ha sido presentado en el festival de cine de Venecia. Los atuendos de la actriz en ambos eventos y el revuelo que han causado en redes nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Qué tanto impacto llega a tener la estética de Zendaya en el nivel de atención que reciben sus proyectos? Para Roach, la respuesta estuvo clara desde un inicio. Así como logró visibilizar a Coleman y su trabajo desde aquellas secciones en revistas de moda, ahora lo hace desde las alfombras rojas para las que la viste. En otras palabras, independientemente del estelar elenco y equipo detrás de cámaras con el que cuente una producción, el efecto Zendaya reside en utilizar el estilo para exponencialmente estimular la vigilancia del mismo. Sabiendo que semejante ícono de moda forma parte de la obra, es infinitas veces más probable que el público reaccione de manera positiva, interesándose por detalles que, en otras circunstancias, pasarían desapercibidos. La moda llama atención hacia la artista y, consecuentemente, hacia su trabajo.

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Gracias a su trabajo con Zendaya, entre otros de los nombres más grandes de la moda, el estilista logró hacer historia en el año 2017, convirtiéndose en la primera persona afrodescendiente dedicado a su profesión en aparecer en la portada de The Hollywood Reporter, revista que lo ubicó en el puesto 21 de su ranking de los estilistas más importantes de aquel período. 4 años más tarde, se sitúa primero en la lista. En adición a esto, ha encontrando oportunidades laborales con nuevas perspectivas, dado que actualmente, Roach integra el panel de jueces en Legendary, programa reality de competencia de Voguing, donde se encarga principalmente de criticar el styling.

Si existe un ejemplo de fidelidad a sus raíces, son estos dos. Tomando en cuenta la cantidad de respuestas negativas que recibieron al emerger, es exactamente a esta clase de artistas a quienes suelen recurrir. La mayoría de piezas que utilizan para construir looks vienen, precisamente, de diseñadores nuevos. El estilo de Zendaya, según Roach, es imposible de definir, audaz, por lo que (en términos de moda) no hay nada a lo que no se atreverían. A lo largo de sus 12 años de relación laboral, nos han dejado alfombras rojas inolvidables, un imitable ejemplo de audacia y originalidad, así como invitaciones a cuestionar lo establecido y desafiar aquello que nos limita. Como espectadores, sólo nos queda aplaudir y seguir de cerca las carreras de estas dos jóvenes promesas que, de seguro continuarán con su labor de utilizar la moda como una herramienta de evolución y fantasía.

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