Escrito por Sebastian Alanya
Iustración digital @pauladvisualart
El 2019 fue un año turbulento para la industria de la moda, esto como reflejo de la política global y tensiones culturales que afectan la mentalidad de los consumidores alrededor del mundo.
El también llamado “despertar” no solo ha dado un fuerte golpe en el ámbito político, sino también en las industrias donde cuestionamos nuestras elecciones y decisiones como consumidores.
2019 es un año consciente de que la moda es una de las 5 industrias implicada en la esclavitud moderna, 2019 es un año consciente sobre la gran cantidad de telas que se producen para la ropa cada año, lo que hace que la industria de la moda sea tan destructiva. Este año abordó temas como el cambio climático, la desigualdad de género, la degradación ambiental y los abusos de los derechos humanos.
2019 FUE EL INICIO DE UN CAMBIO CULTURAL
Según el portal de compras Lyst, las búsquedas que incluyen palabras clave relacionadas con la sostenibilidad aumentaron un 75% año tras año, con un promedio de 27,000 búsquedas de moda sostenible cada mes. Búsquedas de materiales sostenibles específicos; 102% para econyl, 52% para algodón orgánico, 130% para repreve y 42% para tencel. Estadísticas que reflejan el grado de preocupación de los consumidores, además del interés real de generar un cambio positivo a la hora de comprar.
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¿QUÉ SUCEDERÍA SI LAS PRENDAS TUVIERAN OCTÓGONOS?
Sin irnos tan lejos, la ley de octógonos de advertencia en el Perú disminuyó en un 62% el consumo de los productos marcados. En el caso de la moda, los constantes documentales sobre el tema –The True Cost, River Blue, The Next Black, por mencionar algunos– además de las constantes investigaciones, declaraciones y testimonios sobre las problemáticas en la industria retail, han creado una ola de críticas, pero, sobre todo, acciones fundamentales que le han costado a las grandes corporaciones millones de dólares. Las redes sociales son los octógonos de la moda.
Alto en explotación infantil, alto en contaminación y alto en residuos, el mensaje es claro: sabemos lo que hacen y no lo apoyamos.
La búsqueda de alternativas sostenibles se ha incrementado, desde lo que comemos, usamos y vestimos, las grandes marcas tendrán que buscar soluciones para mantenerse en el tiempo, pues con el “despertar” en aumento, las problemáticas actuales no serán toleradas dentro de poco.
Como lo hace notar Lyst, varias firmas lanzaron iniciativas de sostenibilidad significativas este año, desde prestar más atención a los materiales utilizados en sus colecciones, hasta lanzar programas de donación e invertir en el re-comercio.
SOMOS MUCHOS
El 2019 fue un llamado a la acción para la representación en la industria. La falta de diversidad y la necesidad de las comunidades de verse reflejadas en las grandes marcas, ha obligado a las compañías a pensar las cosas no una, sino cientos de veces antes de lanzar un producto al mercado. 2019 ya no tolera avisos publicitarios donde se vean solo personas blancas, y ni qué decir de, por ejemplo, líneas de maquillaje que lanzan solo 10 colores de base, burlándose descaradamente de la diversidad de colores de piel.
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Hombres que compran en el departamento de mujeres y mujeres que tienen una alta oferta en el mercado textil en comparación, por eso no sorprende que según Lyst, hubo un aumento del 52% en las búsquedas de los términos “sin género” y “género neutral” con la moda. Los consumidores “despertaron” buscaron diseñadores y minoristas que se alinearan con sus valores y, en respuesta, algunas de las marcas más poderosas del mundo lanzaron campañas y programas de diversidad para promover la inclusión, algunos contrataron nuevas personas para ayudarlos a mejorar el nivel de junta directiva.
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DESIGUALDAD DE GÉNERO
En un mundo en constante lucha por reconocer a las mujeres como social, política y económicamente a la par que los hombres, en este 2019 la moda ha sido la forma más potente de protestar a diario. Las búsquedas de trajes cortos crecieron un 19% en marzo, evidenciando que aún se juzga y se valida a las personas por cómo se visten. Las mujeres en el 2019 están interesadas en buscar formas de evadir los estereotipos y de la misma forma encajarlos, a su propio estilo y comodidad.
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COMPRAS CONSCIENTES
Mientras que el mercado de compras nuevas va en declive, las reventas y el alquiler aumentan cada vez más. Como parte de las acciones de cambio para disminuir el impacto ambiental y social provocado por el Fast Fashion, cada vez es más común el rentar outfits completos para una ocasión en especial, o el comprar ropa de segunda, vintage o que les han dado un nuevo uso y función. Se estima que el mercado de alquiler llegue a valorizarse en 1.9 billones de dólares para el 2025, lo que hace a este nicho una potente solución a la sobre oferta de la demanda.