En las últimas semanas, una ola de artistas mencionaron el trabajo y la presencia misma del icónico director español, como una inacabable fuente de inspiración. Con una huella verdaderamente singular, revisitamos los orígenes de Almodóvar y cómo el rol de la mujer en su trabajo ha redefinido las pautas para el mundo del séptimo arte.
Por Maira Walker
Mujeres crudas, simultáneamente ligeras y complejas. Estética kitsch. Colores saturados. El humor ácido, los personajes queer, la “España Cañí”, y el más borroso límite entre lo trágico y cómico. Almodóvar ha marcado al cine con su huella singular, y hoy en día se hace difícil imaginar una cultura sin Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). El director, guionista y productor español se ha convertido en una marca propia, y lo “almodovarezco” se reconoce en el panorama global sin necesidad de explicaciones. Pero el legado de este cineasta auteur trasciende de su reconocible estilo visual y temático, pues se trata más bien de un legado cultural casi político, que de muchas formas ha redefinido las pautas para el mundo y el arte que hoy conocemos.
EL ORIGEN DE ALMODÓVAR
El 25 de septiembre de 1949 en el pueblo manchego Calzada de Calatrava nace Pedro Almodóvar Caballero, uno de los cuatro hijos de un matrimonio católico. A sus ocho años, en pleno régimen franquista, Almodóvar es enviado a un internado religioso en el pueblo de Cáceres, en Extremadura. Este momento marca un periodo determinante para el director, en el que vive experiencias intensas que formarían el enfoque de su obra, y donde descubre por primera vez el séptimo arte. Almodóvar encuentra un refugio en los films de Federico Fellini, George Cukor, Ingmar Bergman, Alfred Hitchcock, y Luis Bunuel, quienes tornan su fascinación por los cromas en una pasión intensa que definiría el trayecto de su vida.
Determinado en llevar formalmente la carrera de cine, se muda a la ciudad de Madrid en 1967. Sin embargo, el dictador Francisco Franco cierra la única escuela de cine de la región, La Escuela Nacional de Cine. Frente a esto, Almodóvar debe aprender a hacer películas por su propia cuenta. Sus ambiciones creativas son impulsadas por un renacimiento cultural que emergía tras el fin de la España franquista: la Movida Madrileña. Es en dicho movimiento underground alternativo donde el director encuentra su lugar y su gente. En 1972, proyecta una serie de cortometrajes filmados en Super 8, como Dos putas, o una historia de amor que termina en boda, en círculos underground de Madrid y Barcelona, marcando el inicio de su carrera cinematográfica.
LAS CHICAS ALMODÓVAR
Pero es en 1976, durante el rodaje de Tigres de Papel (Fernando Colomo), cuando el cineasta conoce a Carmen Maura, con quien debutaría su opera prima con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Producto de una química director-actor extraordinaria, esta dupla se consolida como una relación laboral que duraría años, comenzando con los rodajes consecutivos de Entre tinieblas (1983), Qué he hecho yo para merecer esto (1984), Matador (1986) y La ley del deseo (1987). La última, en las propias palabras de Almodóvar, “es donde [Maura] alcanza su cima. Tenía un papel muy complejo. Éramos realmente una pareja artística y la admiración mutua era casi física”.
Almodóvar acredita la mayor parte del éxito de sus personajes tan memorables a la interpretación de sus actrices, por lo cual se enfoca en forjar relaciones laborales duraderas que le permiten explorar el potencial y rango de sus “chicas Almodóvar”. Inspirado por su infancia, donde se la pasaba rodeado de su madre y sus tías en un pueblo mayormente poblado de mujeres, las películas de Almodóvar suelen enfocarse en mujeres profundamente interesantes. “El que quiere inspiración que se fije en su madre”, comenta en una entrevista para BAFTA Gurú. Así se han unido al club una lista de actrices desde Cecilia Roth, a quien Almodóvar considera el alma de Todo sobre mi madre, hasta Penelope Cruz, quien ganó un Oscar a la mejor actriz con su interpretación de Raimunda en Volver (2006). También están en la extensa lista Julieta Serrano, Ariana Sánchez-Guijón, Rossy de Palma, Carmen Machi, y María Barranco.
TOMANDO HOLLYWOOD Y CONSTRUYENDO SU LEGADO
A pesar de la dificultad de penetrar la burbuja de Hollywood, el cine de Almodóvar cautiva al público global desde la nominación a los premios Oscar de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) por mejor película internacional (foreign language). Su éxito a nivel internacional continúa con ¡Átame! (1991), Tacones Lejanos (1991) y La Carne Trémula (1997), y el Oscar a la mejor película internacional en 1999 para Todo sobre mi madre, y al mejor guión de Hable con Ella en 2002. En el Festival de Cine de Cannes han competido el drama Volver (2006), el thriller romántico Los abrazos rotos (2009), el thriller psicológico La piel que habito (2011), el drama Julieta (2016) y el drama semi autobiográfico Dolor y gloria (2019). Madres paralelas (2021), su colaboración más reciente con Penelope Cruz, recibió dos nominaciones al Óscar. Sin embargo, a pesar de todo el reconocimiento de su obra, el director se ha rehusado a aceptar oportunidades en Estados Unidos hasta el momento. De esta manera, con Strange Way of Life, Almodóvar anuncia su primer largometraje en inglés, que será protagonizado por Ethan Hawke y Pedro Pascal.
Desde que comenzó a forjar su voz en los cortos Super 8, destaca en la obra de Almodóvar una soltura valiente para tratar con temas humanos de todo tipo, desde la sexualidad y la religión, hasta la maternidad y la muerte. Con lo difícil que es distinguir el límite entre la cultura y la política, se hace imposible trazar la influencia que ha tenido el cine Almodovarezco en el desarrollo de una España posfranquista, pero es indudable que ha revolucionado la representación de grupos marginados en la pantalla.
Cada personaje, cada trama absurda, cada ironía cargada, es un matiz con el que Almodóvar pinta el mundo de todos sus colores, saliéndose descaradamente de las líneas para redefinirlas a su pinta, haciendo dibujos más interesantes, dibujos completamente vivos, y absolutamente humanos.
