CARO VS COSTOSO: “Más allá del número de la etiqueta”

Por Valeria Vigil

Regresar al estilo de vida que teníamos no es una opción. Varios temas envuelven esta idea de cambio de chip, uno de ellos es aumentar la concientización y la re-valorización de la moda. El consumidor cada vez tiene más clara la idea de a quién comprarle, qué comprar y cuánto comprar. Sin embargo, aun así, hay varias dudas que quedan en el aire, dudas que nacen de la “tentación” y de la idiosincrasia de las masas.

Estamos acostumbrados a vivir bombardeados de nuevas temporadas, nuevas tendencias, nuevas colecciones y publicidad que solo incita el consumismo. Esto casi que se volvió una droga para nosotros ¿Cómo dejar esta adicción? Para empezar, tenemos que entender la diferencia entre caro y costoso.

Según la RAE, encontramos que caro se define como: “Un precio elevado en relación con otros bienes semejantes”. Mientras que costoso es: “Que cuesta mucho trabajo, esfuerzo o tiempo”. Sin embargo, la duda sigue sobre la mesa pues, que las prendas no sean caras –guiándonos del concepto de la RAE– es justamente una de las características que lo vuelve adictivo.

Tomamos las declaraciones de Bertha Cabrera directora creativa de Galera, marca de carteras hechas de fibra vegetal; Paula Ramirez diseñadora de conscious daywear; y Karin Santa Maria, directora de Fashion Revolution y diseñadora de Karin de la Sierra, quienes tomaron como misión el compartir la información de sus marcas con total transparencia.

Paula nos dice: “Considero que un producto costoso es un gasto que estamos dispuestos a asumir, lo podemos considerar como una inversión. Nos damos el trabajo de hacer un previo estudio, comparar marcas distintas sobre un mismo producto, leemos comentarios y críticas para estar seguros de nuestra compra”, y agregó “Por otro lado, el dinero que gastamos en un producto caro lo veremos como un gasto del cual nos podemos arrepentir a futuro.”

No se trata de: voy, la compro, me costó barato, la boto y me compro otra.”

Bertha Cabrera

Como mencionamos, costoso es un producto que lleva trabajo, esfuerzo y/o tiempo, tanto de la marca para brindar un producto de calidad, como del consumidor para adquirir desde la claridad absoluta. Teniendo esto en cuenta, tenemos que enfocar los conceptos en una perspectiva de largo plazo. Una prenda que no es más que una copia en diseño y elaborada con bajos estándares, termina siendo cara a largo plazo pues sabemos –y no es ningún secreto- que después de un par de puestas y lavadas, la prenda se verá desgastada. Para esto Bertha nos dice: “No se trata de: voy, la compro, me costó barato, la boto y me compro otra” sabemos que esto solo nos hará regresar a nuestras viejas costumbres y seguir siendo la segunda industria más contaminante del mundo.

Una prenda hecha de manera consciente siempre va tener un precio más elevado que una prenda de moda rápida. Esto se debe a que las personas que trabajamos de manera consciente seleccionamos cuidadosamente los materiales, teniendo en cuenta que estas tengan el menor impacto posible en el medio ambiente y que se produzcan en talleres de óptimas condiciones.”

Paula Ramirez


¿QUÉ SIGNIFICA LLEVAR UN ESTILO DE VIDA COSTOSO?

Una pieza costosa es un resultado que abraza la calidad durante su trazabilidad. Sin embargo, muchas veces confundimos una prenda costosa con una prenda cara –en términos de dinero. Le preguntamos a Paula su opinión y nos compartió que: “Una prenda hecha de manera consciente siempre va tener un precio más elevado que una prenda de moda rápida. Esto se debe a que las personas que trabajamos de manera consciente seleccionamos cuidadosamente los materiales, teniendo en cuenta que estas tengan el menor impacto posible en el medio ambiente y que se produzcan en talleres de óptimas condiciones. En cuanto a los diseños pensamos en el futuro de las prendas una vez que termine su ciclo de uso, ya sea para poder reciclar o re-inventarla”.

Estamos tan acostumbrados a verlo [lo artesanal] y hemos crecido mirándolo.. Lo valoramos, pero no lo queremos pagar. ‘Qué caro’ es la expresión que más he escuchado.”

Bertha Cabrera


“¡QUÉ CARO!”

Bertha responde en base a los procesos de su marca: “La diferencia entre una cartera y otra, es que para una, corto un cuero, cuerina u otro material, armó la cartera y ya está. Hay un proceso, sí. Pero para obtener el cuerpo de una cartera de fibra vegetal, no puedo cortar sobre tejido. Si quiero hacer una cartera de fibra vegetal hay doble trabajo para sacar el producto. Hasta que las personas lo entiendan, eso es otro tema”, agrega “Estamos tan acostumbrados a verlo [lo artesanal] y hemos crecido mirándolo.. Lo valoramos, pero no lo queremos pagar. ‘Qué caro’ es la expresión que más he escuchado”.

Lo que hacen más valiosas estas prendas es el trabajo que hay detrás y la durabilidad que tienen, más allá de solo enfocarnos en el número de la etiqueta.”

Paula Ramirez

Paula reflexiona sobre la moda consciente y cómo el precio, en ocasiones, asusta a la persona: “Veamos más allá de solo el producto como tal, deconstruyamos nuestras costumbres de compra y aprendamos que lo que hacen más valiosas estas prendas es el trabajo que hay detrás y la durabilidad que tienen, más allá de solo enfocarnos en el número de la etiqueta.”


¿CÓMO PODEMOS TRANSMITIR LOS VALORES AL CONSUMIDOR, O A LA PERSONA QUE QUIERE TRANSFORMAR SU ARMARIO –Y ESTILO DE VIDA– EN UNA OPCIÓN SOSTENIBLE Y ACCESIBLE?

Para comenzar, debemos establecer que la moda consciente no es sinónimo de grandes presupuestos. Podemos comenzar con la compra de piezas de segunda mano y upcycling, entre otras opciones que encontramos cada vez más cerca a nosotros y nuestros bolsillos. Enfocándonos 100% en la adquisición de una nueva prenda (dejando claro que esto no debe ser de manera frecuente), es ahí donde entra la moda costosa. Empezar a analizar mejor el diseño, la mano de obra, la calidad y el valor que esa prenda nos brinda, más allá del precio. “Más que enfocarse si un producto es caro o costoso, creo que es mejor enfocarse en el valor, durabilidad y ética que tienen las prendas” comenta Paula.

Por otro lado, Karin Santa María a través de Fashion Revolution trabaja junto a marcas para que cada vez sea mayor la transparencia de sus procesos. Nos comenta que el trabajo de Fashion Revolution en el Perú comienza con las marcas locales de mayor trayectoria para promover la claridad de la trazabilidad en cada una de sus piezas. Pues como nos dice Bertha: “Cuando vas a comprar un producto, tienes que saber cómo está hecho, de qué está hecho, de dónde viene y por qué vale lo que vale.. Por eso el cliente no se fideliza con algunas marcas, porque estas quieren ganar lo más, dando lo menos. Pero se trata de dar más, y recibir más.”


Tenemos que entender que esta no es una tendencia, es un estilo de vida al cual nos tenemos que dirigir, tanto consumidores como marcas. El camino fácil, que lamentablemente es al que estamos acostumbrados, a la larga termina siendo caro y nos termina perjudicando. La publicidad masiva nos ataca por todos lados pero son los rebeldes -los que dan la contra a las masas- los que tienen el verdadero éxito. ¿A qué me refiero con esto? Infórmate, investiga, lee, edúcate y mira qué hay detrás realmente, después de eso podrás tomar un decisión más clara sobre el valor que una prenda te ofrece, al fin y al cabo las marcas deberían tener la transparencia como un elemento fundamental de comunicación. Revalorizar el trabajo de las personas, diseñadores, artesanos, costureras, entre otros, pues es valioso y no desechable. Aprovechemos esta nueva oportunidad para empezar desde un punto más consciente, más sostenible, y más costoso.

Imagen portada GALERA

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