MINA LIMA, Acrílico fuera del espectro

“La vida es muy corta para usar accesorios aburridos”, fue lo primero que leí en el perfil de Romina Jerí antes de conocerla. Para ella, atreverse, no pensar tanto las cosas y salir de lo común, hace la vida más divertida. “Un buen accesorio añade muchísimo a un look. Puede que lleves un vestido simple y cambiarlo totalmente”, rescata Mina. Sin lugar a dudas, los accesorios de acrílico que lleva creando, rompen los moldes del espectro gris limeño.

Noté que llevaba uno de sus modelos, unos aretes negros en forma de hueso. “Es uno de mis diseños favoritos”, ella me comentó. Se presentó a sí misma como Mina. “Todos me decían Romi, ahora me presento como Mina. Es mi alter ego. Mi yo brillante, loco y exagerado. Ahora soy ese personaje. Me lo inventé en Buenos Aires, donde ‘mina’ significa ‘chica’.

Estudió diseño de modas en la Universidad de Palermo, donde nace su actual proyecto. “Cada fin de ciclo teníamos un desfile, y se me ocurrieron estas caritas de acrílico que había calado en la máquina de corte láser. A todos les gustaron. Las modelos me las pedían”. Regresó a Lima hace un año con ganas de crear un proyecto propio, y el nombrarlo fue tarea fácil: “No le quería poner mi nombre, pero quería que mi marca fuera yo. MINA fue perfecto.”

Hija de padres empresarios, y con ganas de encontrar ropa que realmente le gustara, Mina se inspiró en el trabajo geométrico de Yohji Yamamoto, y del trabajo fuera de lo convencional de Rei Kawakubo, dos grandes figuras del diseño japonés. “Me inspiré mucho en la cultura japonesa, en las líneas y sus formas. Deformarlas. También del limpio diseño de Yamamoto y Kawakubo. Cualquier expresión artística me inspira. Las sombras, las luces y la arquitectura son mis fuentes de inspiración. La naturaleza y el mar también. Considero los accesorios que realizo, más minimalistas que futurísticos.” Le encantaría retroceder a los brillos de los años veinte y a los colores de los ochenta.

Cuando le pedí que defina su marca, pensó en atrevida, creativa y un poco loca. “Definitivamente me identifico así también”, añadió. Algo que realmente llama la atención sobre los accesorios que ofrece, es el material que utiliza. Acrílico. Material que describe como caprichoso pero moldeable. Delicado pero genial. “En la universidad iba a sublimar mis telas, pero vi a un chico cortar acrílicos con láser. Me sorprendió. Me enamoré de todos los colores del material. El material se puede torcer, moldear y cortar. Fue un proceso de aprendizaje para saber qué funcionaba mejor”.

Si bien se encuentra a gusto con su trabajo de acrílico, Mina planea probar con otros materiales. Anteriormente, usó madera para una colaboración. En un futuro podríamos ver sus innovadores diseños en resina, oro o plata.

Los colores pop resaltan en su trabajo. Hoy en día el uso de materiales alternativos se presenta como un reto y, a la vez, como una oportunidad para los diseñadores y artistas. Mina aprovecha este material y experimenta con él, “comienzo con un lápiz y papel. Me encargo de crear el diseño, el vector, moldearlo y ensamblarlo. Es un trabajo que toma tiempo”.

El año pasado pudimos ver colaboraciones con Pat Sedano y The Last, que implicó grandes retos para la diseñadora peruana. “Me escribió el asistente de Pat Sedano. Me comentó que le encantaron mis accesorios y que quería colaborar para LIF Week. Esta sería una buena plataforma para exhibir mis accesorios. Además, Pat me dio mucha libertad para diseñar. Las piezas quedaron súper chéveres”, recuerda de esa experiencia.

La colaboración con The Last fue diferente. Esta marca es conocida por un estilo más femenino, ofreciendo piezas hechas a mano con un toque de peruanidad, a diferencia del minimalismo de los diseños de MINA. “Me inspiré rápidamente en flores”, comenta ella, quien también apoyó a la marca peruana en un desfile en Uruguay.

Actualmente, Mina planea colaborar con una comunidad Shipiba haciendo carteras, dándole oportunidad de trabajo y exhibición a muchas mujeres de la selva peruana. Estar consciente sobre el proceso de fabricación dentro de la industria de la moda y el impacto social que implica, es un factor importante para ella. “Es un tema de sostenibilidad y conciencia social. Además, va a ser súper interesante ver dos estilos tan diferentes colaborando”.

Nos encontrábamos en un café en San Isidro, decorado con piezas de madera. La gente que nos rodeaba vestía prendas grises. Mina llamaba la atención con sus aretes de acrílico y su vestido animal print. “La moda aporta algo interesante a nuestro país. Lo estético da fuerza a las personas. Ponerte aretes súper grandes y coloridos da confianza y seguridad a los peruanos. Es algo que puede aportar a sentirse mejor, salir de sus casillas. Es divertido. Al peruano le faltan muchos huevos. Creo que son las ideas retrógradas las que encasillan a las personas en un mismo espectro. Al peruano le cuesta salir de ahí y dejar de pensar en el qué dirán”, me comenta luego de observar juntos a los que se encontraban en el café.

Riéndose me confesó que le parecía que a la industria de la moda en el Perú le falta crecer bastante. La falta de plataformas de exhibición, de tiendas y revistas hacen que conseguir trabajo sea difícil para muchos diseñadores peruanos. Para Mina el reconocimiento y apoyo del gobierno podría ser de mucha ayuda para que este nicho crezca.Sin embargo, al preguntarle acerca de cuál considera la luz para el futuro de la moda en el país, mencionó a las futuras generaciones.

“Hay una generación joven, muy interesada en este rubro, con una visión diferente, influenciada de movimientos sociales como el feminismo o la lucha contra el racismo. Con ganas de hacer cosas en el país. Aprovecharlo. La luz para salir de este espectro, somos nosotros, la nueva generación de diseñadores y artistas.” – Mina Jeri

Escrito por Cayetano García