El fotolibro de este fotógrafo peruano encuentra una mirada contemporánea a la identidad andina

Tras haberse introducido a la cotidianidad de diversas comunidades en Cusco, el fotógrafo peruano radicado en Nueva York, Gabriel Barreto Bentín, presenta su primer fotolibro en el que demuestra la diversidad de lo andino en la actualidad. “Andinos: Encuentros en Cusco”, es el resultado de un viaje de tres meses con el fin de construir puentes de unidad a través de una mirada fotográfica honesta y respetuosa.
Conversamos con Gabriel sobre el proceso de su fotolibro debut, la necesidad de descentralizar la fotografía y la importancia de conocer profundamente su país de origen. 

Texto y entrevista por Frances Lucar

Para Gabriel Barreto Bentín, la fotografía “es una forma de vida” que lo acompañó en las etapas fundamentales de su adolescencia y juventud. En los estudios, en el trabajo y durante su tiempo libre, la fotografía fue una constante. Siempre colgada alrededor de su cuello, la cámara se volvió parte de su identidad. Hoy Gabriel la utiliza como “pasaporte”. No solo para conocer distintos lugares, sino también para explorar a las personas a su alrededor con mayor intimidad.

En el 2016, luego de graduarse en Lima, Gabriel viajó a la Sierra del Perú. Fue ahí donde nace “Andinos: encuentros en Cusco”: un proyecto fotográfico que busca retratar la realidad de las identidades andinas en el Perú de una manera única y con una mirada postcolonial

Para hacerlo, se embarcó en un viaje de tres meses el cual consistía en vivir en la rutina de diversas comunidades campesinas para así conocer la cultura de manera orgánica. Gabriel optó por conocer “a las personas en profundidad antes de sacar la cámara”. Fue solo al final de cada visita que se sintió preparado para reencontrarse con ella. Gracias a la convivencia pudo capturar la esencia de cada protagonista. “En Choquecancha me despertaba a las cinco de la mañana con el canto de un gallo que había sido criado por Sebastiana, mi amable anfitriona, y no me iba a la cama sino hasta que hubiera revisado mis lecciones diarias de vocabulario quechua con Liset, su hija”, recuerda Gabriel. 

La intención no era negar la importancia del entorno, sino acercarse más a la gente y no a las versiones idealizadas de andinos representadas a menudo en fotografía, en las que estos tienden a desvanecerse y sobresale el escenario.

En este viaje se enfrentó con la realidad de lo que significaba tener una identidad andina y lo alejada que era esta para él. Motivado por desafiar las generalizaciones, estereotipos y narrativas coloniales que suelen seguir latentes en la fotografía documental a estas identidades, Gabriel optó por un estilo fotográfico que rompía la idea de una “postal perfecta. Así, de esa manera poder luchar contra dichas perspectivas y presentar a un público extranjero lo que significa ser un Andino contemporáneo en la región de Cusco, Perú.

El resultado es una mirada foránea, pero honesta, de lo que representa la andinidad. El fotógrafo tomó la decisión artística de utilizar tela blanca en vez de los populares panoramas de la región para separar el paisaje de la persona; poniendo como protagonista a la diversidad de la gente a través de sus rostros y vestimentas. “La intención no era negar la importancia del entorno, sino acercarse más a la gente y no a las versiones idealizadas de andinos representadas a menudo en fotografía, en las que estos tienden a desvanecerse y sobresale el escenario”, comenta Gabriel. 

El estilo de fotografía de Gabriel siempre ha tenido a las personas como protagonistas principales. Sean amigos en eventos sociales, proyectos personales o viajes que han compartido a lo largo de los años, Gabriel es un fotógrafo de la gente y este proyecto mostró no ser la excepción. Los pocos pero significativos meses de convivencia fueron suficientes para que pueda crear vínculos de amistad con cada uno de sus protagonistas. Fue así que las imágenes logran reflejar “la cotidianidad de estas comunidades sin prejuicios ni pretensiones.”

Aunque este proyecto, en esencia, no se muestra diferente a los anteriores, logra abrir un nuevo camino y enfatizar en, como recalca Gabriel: “la importancia de enseñar las realidades de nuestro país y nuestra gente”. El objetivo del fotógrafo es que nos sintamos invitados a conocer a los verdaderos campesinos andinos, bajo sus propios términos.

Lo que más necesita el Perú en este momento es un sentido de unidad, de encontrar semejanzas y tender puentes hacia quién vemos cómo «el otro». Lo que nuestro país necesita, en toda su belleza, esplendor, resistencia y dolor, es empatía. Creo que conocernos el uno al otro es un paso en esa dirección.

El Perú se encuentra en una crisis política, económica y social. El mundo creativo y los artistas peruanos han demostrado ser parte del cambio. Artistas como Gabriel utilizan su plataforma para crear conciencia sobre las comunidades que no suelen ser representadas pertinentemente en las artes visuales. “Lo que más necesita el Perú en este momento es un sentido de unidad, de encontrar semejanzas y tender puentes hacia quién vemos cómo «el otro». Lo que nuestro país necesita, en toda su belleza, esplendor, resistencia y dolor, es empatía. Creo que conocernos el uno al otro es un paso en esa dirección”, afirma Gabriel.

Según el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) en Lima aproximadamente el 75% de la población vive de la informalidad y un 95% de los habitantes del mundo rural vive de la misma manera. Sin embargo, Gabriel muestra a la sierra contemporánea con costumbres y una cultura que suele ser subestimada por la capital. “Al viajar por Perú y visitar lo que se conoce en la capital de Lima como «el Perú profundo» (es decir, cualquier lugar fuera de Lima), tuve la oportunidad de ver hermosos paisajes y explorar las maravillas naturales de mi país natal, mientras que notaba cómo, a pesar de algunas diferencias superficiales, todos somos fundamentalmente similares.” El trabajo de Gabriel en ‘Andinos: Encuentros en Cusco’, podemos recalcar la importancia de descentralizar el arte. Al brindarle atención a la naturaleza, cultura y arquitectura que se encuentra alrededor de todo el país podremos apreciar al Perú como uno solo.

Proyectos como estos nos dan esperanzas de un Perú unido; así como Gabriel menciona: “cualquier proyecto que se sume a la construcción de puentes entre comunidades es un escalón más en el camino hacia un país en el que quepamos todos y cada uno de nosotros en armonía”. El fotógrafo nos demuestra el poder del arte y de la influencia que pueden tener los artistas peruanos. Nuestro país es retratado con orgullo y reflejado en las verdaderas caras de las comunidades andinas. Unas caras llenas de autenticidad, ternura y transparencia.

Actualmente la vida de Gabriel Barreto Bentín se encuentra empacada en una maleta, dejando Nueva York, para viajar, trabajar y conocer. Si bien por el momento no tiene un código postal, sabe que el Perú siempre será una casa a la que puede regresar. 

ENCUENTRA EL FOTOLIBRO “ANDINOS: ENCUENTROS EN CUSCO” EN:
LIMA: Babel, Libreria La Rebelde y Librería Sur
CUSCO: Selina


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