Teniendo como fondo uno de los principales puertos comerciales del Perú, las piezas de una nueva generación de marcas y diseñadores peruanos protagonizan esta historia. Marcas que se encuentran remodelando el siempre cambiante panorama del diseño peruano y que plantean un necesario enfoque global.
Bajo el lente de Alexander Pérez-Flores, uno de los jóvenes fotógrafos de moda con mayor proyección internacional y junto a la dirección de arte y estilismo de la reconocida Lisseli Santos; esta editorial propone una visión del Perú más colorida, fresca y esperanzadora proveniente del imaginario de una nueva generación de diseñadores.
A modo de reflexión y dentro del bicentenario, nuestra editora en jefe, Majo Mundaca Zagal, conversa con los creadores detrás de estas nuevas propuestas sobre las direcciones a tomar, para construir un futuro con consumidores conscientes y marcas sólidas a nivel internacional.
Fotografía: Alexander Pérez-Flores
Dirección de arte & styling: Lisseli Santos
Modelos: Carlos Vargas, Kenia de WE LOVE MODELS
Maquillaje & pelo Magali Balarezo
Producción e introducción Cayetano García
Marcas: Zaddy, Bondage Factory, Nim, Quispe, D.N.I, Annaiss Yucra, Thierra Nuestra, Genes, Kuychi
Locación Chucuito – Callao
Texto y entrevista Majo Mundaca Zagal
Hay una nueva generación de diseñadores y marcas nacidas a partir de 2019, que vienen moldeando lo que podríamos precisar como el futuro de la moda peruana. Pero, ¿qué significa ser parte de esta nueva generación a nivel global? ¿Acaso es momento –dada la coyuntura política y económica– de que estas nuevas marcas concentren sus esfuerzos hacia afuera? Pues sí, es momento de empezar a dirigirnos hacia afuera, pero sin dejar de mirar hacia dentro.
La educación es la base de toda sociedad, y la enseñanza de moda –la cual aún carece de visión y desarrollo dentro del país– no se exime de ese contexto. Sin embargo, esta no solo tendría que ir dirigida al diseñador para que pueda construir marcas sólidas, si no también al consumidor.
“Es triste que acá no se valore, como afuera valoran lo nuestro y el trabajo hecho a mano. Pero como se dice, uno quiere lo que no tiene. Hay tanta diversidad, talento e historia en nuestro país, que no sorprende que el resto del mundo admire lo que tenemos para ofrecer”, cuenta Matías García, cofundador de Thierra Nuestra, marca nacida en el 2020 que reinterpreta los códigos del knitwear en historias, colores y detalles.
Para Genes, marca knitwear también nacida en 2020, y cuyo enfoque se dirige hacia lo fresco y accesible, se trata incluso de educar al consumidor. “Al principio fue un poco duro, porque creo que al público peruano aún le cuesta entender el valor de las cosas y eso es algo en lo que estamos trabajando. Que la gente se entere más del proceso, lo que implica, el material que usamos”, cuenta Carolina Anaya, cofundadora de la marca.
Si bien, tanto Thierra Nuestra como Genes se ubican dentro del espectro del knitwear, ambas propuestas han encontrado su diferencial. Pero, ¿cómo diferenciarnos entre un mar de marcas que nacen día a día? “La clave hoy en día es tratar de ser lo más auténtico posible porque ya todo está creado. Entonces se trata de jugar con lo que ya existe, hacerlo tuyo y darle una visión que nadie nunca ha visto a través de ti”, afirma Maria Paz Saco Vertiz, cofundadora de NIM, marca upcycled que inició en el 2019 junto a su hermana Maria Fé y con la que crean a partir de stock muerto.
De esta manera, la creatividad es un factor vital, sin embargo no hay que olvidar que la moda es un negocio y por ende, es necesario que este nuevo talento sepa dirigir su visión sin dejar el lado comercial. “A quienes quieren hacer marca, yo les diría que se enfoquen en lo creativo sí, pero que nunca pierdan de vista la estrategia, porque al fin de cuentas tener una marca es un negocio, generas trabajo para otras personas. Centrarte demasiado en lo creativo no me parece que sea un buen equilibrio. Cuando estamos diseñando, pensamos también en el lado comercial, porque queremos que Genes siga existiendo”, afirma Carolina.
Y es que efectivamente, lograr que una marca perdure en el tiempo requiere de muchos factores que parten desde lo creativo, hasta la estrategia, marketing, finanzas, logística y la misma producción en sí. “El talento es una cosa, pero después es full trabajo, esfuerzo, ir a contar lo que eres y alguien te escuchará, y así, un montón de veces. Sin dejar de lado el planeamiento en base a la estrategia que quieres implementar”, menciona Maria Paz.
Hace unas cuantas generaciones atrás, diseñadores peruanos no tenían las herramientas con las que contamos hoy en día. Por lo que estar a la distancia de un click, permite a esta nueva generación llegar de manera completamente accesible a más lugares y audiencias. Un claro ejemplo de ello son D.N.I y Annaiss Yucra, dos marcas que se podría decir encabezan esta nueva generación de diseñadores a nivel global. D.N.I reinterpretando el origen y los recuerdos de infancia de sus fundadores Paulo y Roberto Ruiz Muñoz, y Annaiss, que si bien su carrera empezó desde mucho antes, recién en el 2020 es que pudo concretar lo que se necesita para lanzar una marca a nivel mundial.
Para Quispe y Zaddy, dos marcas que se encuentran dando sus primeros pasos para llegar a ese mercado internacional, se trata de aprovechar lo que tenemos como país y reinterpretarlo bajo nuestros propios códigos. Mientras que Ricardo Quispe de la marca que lleva su apellido, revaloriza y dignifica lo que significa ser peruano; David Saldaña –más conocido como DavidFuturisticBoy– crea Zaddy como un alter ego que no solo vende prendas, si no la fantasía que se genera al vestirlas. Ambos, desde sus campos de innovación, han creado propuestas a base de la experimentación ya sea con fibras naturales como el caso de Quispe, o de materiales de origen animal como Zaddy y quien propone reinventar la propuesta de artículos de cuero en el mercado local.
Entonces, ¿qué necesitan las marcas peruanas para salir y permanecer en el mercado internacional? David Saldaña, quien lleva años construyendo Zaddy y que no hace ni más de 2 meses que lanzó su marca, en un párrafo me lo dijo claramente. “Primero que nada un ADN bien marcado para que tu propuesta de diseño se diferencie del resto, al mismo tiempo un fuerte soporte visual y storytelling que ayude a contar más sobre la marca, historia, el proceso y no solo la prenda terminada. Finalmente, y no menos importarte, aprovechar al Perú como una fuente inagotable de inspiración, somos un país tan diverso y rico en cultura, materia prima, identidad entre otras cosas que debemos de apreciar esto, porque esta perspectiva de diseño peruano es lo que nos diferencia y nos hace apetecible a un consumidor internacional”.
Construir una marca es un proceso que debe partir de poder responder un “por qué”, y a partir de ello determinar el camino que queramos seguir según nuestra propuesta y a quién nos dirijamos con ella. “El sacar a flote una marca es un trabajo arduo y sobretodo en un país como el nuestro. No solo se trata de creatividad para el diseño, sino es necesario el ingenio para exponer nuestro trabajo, nuestros productos y las diferentes gestiones que se deben realizar para que los productos puedan exponerse en el extranjero”, reafirma Ricardo Quispe.
Nos queda claro que no basta con creatividad y es así como marcas que parten de lo social como Annaiss Yucra y Quispe, de identidad como D.N.I y Thierra Nuestra, o de códigos e innovación como Zaddy, NIM y Genes, se encuentran definiendo lo que esperemos sea una próspera nueva generación de moda peruana.