¿Cómo la evolución del internet ha cambiado el panorama de la moda peruana?

El diseño de moda alrededor del mundo ha cambiado de muchas maneras gracias a la llegada del internet y las redes sociales, desde el tipo de colecciones que la gente pide ver, al ritmo acelerado de los procesos detrás de la industria. La silueta misma de la industria se ha transformado, pero ¿cómo es que esto afecta a los diseñadores peruanos? ¿Cuánto de nuestro desarrollo creativo se debe a la aparición de lo digital en nuestras vidas? Conversamos con los creativos peruanos Annaiss Yucra y Sebastián Granda, sobre los cambios que ha traído el internet en sus procesos como diseñadores.

Por Rodrigo del Castillo

El mundo cambia cada día más y más rápido; todo se mueve a un ritmo nuevo, en un mundo emocionado pero impaciente. En los últimos años, el internet ha tenido un poderoso efecto en la vida de todos. Ha cambiado la forma en la que nos comportamos, la forma en la que interactuamos y la forma en la que reímos. Ha cambiado la forma en la que creamos. Se ha convertido en el lugar donde habita mucha de la belleza que buscamos, la forma en la que nos conectamos con nuestra cultura y el escenario sobre el cual los artistas exhiben su trabajo, como si fuese un performance perpetuo, siempre bajo ojos examinantes. Esto ha significado una transformación en la forma en la que los diseñadores de moda de todas partes presentan sus creaciones al mundo y en la que comunican sus mensajes. El ritmo, las estrategias, la independencia, y, sobre todo, la magnitud del alcance que se puede llegar a tener, son todas cosas que han mutado y crecido.  

Antes de la llegada del internet a nuestras vidas, el diseño de moda peruano era algo que no había tenido la oportunidad de explotar como merecía. Era, más bien, para un grupo específico de personas que podían acceder a este mundo. La industria descansaba sobre los hombros fuertes de diferentes pioneros que veían el potencial del Perú para ser un nido de creatividad. En ellos había certeza. El dilema era hacer todo esto crecer, despertar interés y respeto en un país que no consideraba la creatividad una prioridad, ni en el que hubiera algún interés particular por la moda. El hecho de que pareciera no querer llegar a más personas, la obligaba a ser una industria cercada, casi secreta, de la cual conocían sólo algunas personas. Con la llegada del internet llegó por fin la oportunidad de cambiar todo.  

Una de las novedades notables que han llegado con el internet es el sentimiento de comunidad que existe a través de las redes sociales. En plataformas como YouTube e Instagram, la interacción entre los creadores y aquellos que experimentan su trabajo o lo adquieren a través de estas, se convierte en una especie de comunidad dentro de otra comunidad, con sus propias formas y reglas. De esta manera surgen conversaciones de las cuales los diseñadores también pueden participar, además de escuchar. Esto significa constante feedback, positivo como negativo, saludable, como tóxico. 

Creadores como Annaiss Yucra, que con sus diseños cuentan historias auténticas e inspiracionales, de orgullo y de inclusión, utilizan texturas y volúmenes para transmitir ideas tanto particulares como universales. El potencial de la diseñadora ha empezado a explorar su creatividad por territorios nuevos, como el mercado americano, como otros más inexplorados en el rubro nacional, como es el caso del metaverso. Esta aparición ha generado preguntas y debates, así como ilusión y ambición. 

Por ejemplo, según Business of Fashion, en el 2021, el gasto en bienes virtuales a nivel mundial llegó a un estimado de 110 billones, más del doble del total en el 2015, siendo la moda virtual un 30% de este porcentaje. De igual manera, compañías de moda con una mirada hacia el metaverso podrían deber más del 5% de ganancias a sus esfuerzos en el mundo virtual en los próximos 5 años. 

El internet ha generado más visibilidad […] Con una buena estrategia de marketing y mercado puedes realmente generar ingresos sin tener una tienda física, no necesitas una gran inyección de dinero, siempre y cuando tengas una idea clara, una misión y un propósito.

Annaiss Yucra

“Al momento de diseñar pienso en la comunidad y en la red de personas que siguen mi trabajo, y que tienen diferentes puntos de vista. Mi diseño ya no se basa solo en mis ideas sino también en ideas en colectivo, dice Annaiss, quien también nos habla sobre otras oportunidades que han aparecido para diseñadores peruanos. “El internet ha generado más visibilidad. Ahora los nuevos diseñadores pueden crear una marca de una manera más justa y lineal. Las redes sociales han permitido que se pueda democratizar el talento, ya que sin estas plataformas no habría la misma visibilidad para todos. Ahora ya no necesitas una red de contactos poderosa para llegar a las personas que quieres, las marcas alrededor del mundo están en búsqueda de personas talentosas con las cuales colaborar, y todo esto está a un solo click. Con una buena estrategia de marketing y mercado puedes realmente generar ingresos sin tener una tienda física, no necesitas una gran inyección de dinero, siempre y cuando tengas una idea clara, una misión y un propósito,” menciona Yucra. 

El caso de lo que sucedió con la marca de Ludovic de Saint Sernin durante la cuarentena es un caso en el que la comunicación con la comunidad que rodea un proyecto es determinante. Durante las épocas más complicadas de la pandemia, la marca, como muchas otras, comenzó a tambalear. Entonces Ludovic, sin pensarlo demasiado, decidió tomar fotos de las piezas que tenía en su departamento y subirlas a Instagram. Este movimiento espontáneo comenzó, de manera inesperada, un negocio que habla directamente al comprador, directamente a la comunidad. La gente comenzó a comprar, y esto representa ahora el 50% de las ganancias de la marca. 

…hoy en día el 64% de compradores entran a las redes sociales para inspirarse antes de tomar una decisión y comprar un ítem

Además de esto, hoy en día el 64% de compradores entran a las redes sociales para inspirarse antes de tomar una decisión y comprar un ítem, informa Netbase Quid. Un gran número de personas está buscando, dentro del internet, un norte, es aquí donde se forman estas comunidades. 

El internet, con su obsesión por lo sensacional y su parcialidad por lo brillante, se ha convertido en una especie de árbitro del estilo. Por un lado, un amor por lo viral, lo “memeable” y lo irreverente es evidente, la sutileza y lo delicado han dejado de alcanzar el mainstream.

Existe también un hambre insaciable y poderoso por contenido nuevo. Las marcas y diseñadores se encuentran en la situación de tener que crear en mayor cantidad y mucho más rápido. Y no solo ello, el internet también ha permitido que la competencia se haga más fuerte por la cantidad de creadores que lanzan su trabajo al mundo. El internet, con su obsesión por lo sensacional y su parcialidad por lo brillante, se ha convertido en una especie de árbitro del estilo. Por un lado, un amor por lo viral, lo “memeable” y lo irreverente es evidente, la sutileza y lo delicado han dejado de alcanzar el mainstream, y diseñadores como Dries Van Noten se han convertido cada vez más en un asunto de IYKYK (if you know, you know), mientras que ítems como los controversiales bolsos de bolsa de basura de Balenciaga se apoderan del reflector. La existencia de estos por supuesto no es algo malo, esa clase de humor y diversidad son parte de lo que hace a la moda algo hermoso, pero también nos hace preguntarnos ¿Qué pasa cuando la atención de todos se enfoca en un solo lugar? ¿qué o quién define lo que es “importante”?  Los diseñadores peruanos están ahora en contacto inmediato y constante con estas tendencias, pero la pregunta es ¿Qué tantas de estas ideas se están traduciendo a nuestro lenguaje?

Vivimos en la era del attention economy. El internet funciona en base a quién captó más atención, quién te mantuvo más en su red social. De nuevo y de nuevo. Produciendo constantemente para mantenerte cautivado. No es un árbitro de “calidad” en lo absoluto.

Sebastián Granda

Sebastián Granda, creador de SASTRE, produce piezas llenas de memoria, nostalgia y amor. La simplicidad de su trabajo habla por sí sola, nos habla más de lo permanente y atemporal que de lo pasajero. Sus influencias musicales y su respeto por el arte de la sastrería son algunas de las cosas que forman parte de una identidad reconocible. 

“Vivimos en la era del attention economy. El internet funciona en base a quién captó más atención, quién te mantuvo más en su red social. De nuevo y de nuevo. Produciendo constantemente para mantenerte cautivado. No es un árbitro de “calidad” en lo absoluto. Es más un árbitro cuantitativo, analizando qué genera más atención y, en consecuencia, dinero…Sin duda tiene un impacto positivo que tengamos exposición a tendencias del extranjero. Nos ayuda a tener más bagaje cultural al cual recurrir como inspiración a la hora de crear. Esto sin duda es positivo. El impacto negativo sería que puede llevarte a perder el centro de tu imagen o expresión individual si constantemente estás mirando al costado. Esto no es tanto gracias al internet o redes sociales, sino a las personas mismas”, afirma Sebastián. 

Por otro lado, el fácil acceso a un sinfín de referencias audiovisuales, tanto del pasado como del presente es algo que ha acelerado el proceso creativo de muchos diseñadores. “Las redes sociales fueron una puerta para ver lo que está pasando en distintos rincones del mundo. Música, películas, pintura, diseño, moda, tienes todo por ver y encontrar. Sin embargo, tiene que ser una búsqueda consciente, no guiada por el algoritmo, para desarrollar una individualidad genuina. La forma en que funcionan los algoritmos y nuestro conocimiento acerca de este funcionamiento es clave para tener una visión individual, no una masiva marcada por trends. Te permite tener agencia a la hora de estar en ellas y no seguir el siguiente click que te sugiere el algoritmo. Tuve la suerte de crecer en medio de Cambridge Analytica y todo lo que siguió y aprendí sobre cómo funcionan los algoritmos. De ahí pude investigar de forma consciente los distintos gustos, expandirlos, aprender cosas y volverse “internacional” sin tener que estar en el extranjero. Ha sido una herramienta fuertísima”, comparte el creador de SASTRE.

Todo aquello, con el tiempo, ha influenciado a las nuevas generaciones de diseñadores (que cada día crecen en número) de manera que, versados en un idioma estético y global, pueden explorar sus universos creativos y su propia individualidad con dos dedos sobre el pulso de la moda universal, compartiendo propuestas que están listas para capturar los ojos del mundo, y al mismo tiempo, hacer crecer una industria joven, generando nuestras propias oportunidades paso a paso.



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