Alys Conran, la escritora feminista que deberías leer

Entrevista por Andrea Cáceres

Alys Conran recuerda una niñez llena de cuentos y escritos. Le gustaba contar historias y eso lo heredó de su padre. Sin embargo, cuando siguió la carrera de literatura, se cuestionó si ser escritora sería su papel. “Quizá por ser mujer, no lo sé”, comenta la autora galesa con desánimo y admite que en clase aprendió una literatura llena de testosterona. “Y eso realmente te afecta”, añade.

Su camino como escritora continuó y encontró grandes referentes que motivaron su trabajo. Como la escritora estadounidense Toni Morrison, Premio Nobel de Literatura 1993 que escribió sobre la vida de las personas afro, en especial de las mujeres. “Le tengo mucho respeto. En sus obras, me gusta cómo traduce en la escritura la voz de la gente. Ella ha logrado describir las voces de personas que no eran parte de la literatura”, confiesa Conran.

Si ser escritor no es fácil, imagine ser mujer y querer dedicarse a una vida llena de letras. “Es un camino largo y se tiene que trabajar en otras cosas. Realmente hay que hacerlo y tratar de escribir al margen de la vida”, señala la escritora. Conran logró publicar -gracias a una prensa pequeña de Gales- Pigeon (Parthian Books: 2016), su primera novela sobre la amistad de dos niños y cómo uno va perdiendo su idioma, su identidad, y cómo eso nos haría más pobres.  El libro fue nombrado Libro del Año 2017 de Gales. Un reconocimiento importante para la escritora, quien luego publicaría Dignity (Weidenfeld & Nicolson: 2018), un relato de tres mujeres basado en su historia familiar. Además, sería becaria del Hay Festival.

Sobre su recorrido literario por diversas ciudades del mundo, sus obras y su trabajo en tiempos de #MeToo, conversamos con la autora en la Ciudad Blanca.

DIGNITY es la segunda novela de la escritora 


LLEGAS A AREQUIPA TRAS VISITAR MÉXICO Y ESPAÑA EN EL MARCO DEL HAY FESTIVAL. ¿CÓMO VA EL INTERCAMBIO CULTURAL?

Me ha encantado. Conocí México hace 20 años y es interesante volver y ver lo cambiado que está. El festival se desarrolló en Querétaro. Es una ciudad muy bonita: muchas terrazas, plazas. Se parece un poco a Arequipa. Había muchos estudiantes, muchas personas que gustan de la lectura y realmente lo pasé bien. Y en España también me fue bien. Conocí a muchas personas que tenían librerías o bibliotecas y eso me ha gustado mucho. Pero llegar a Perú me ha encantado porque estuve en Ayacucho dictando un taller que, en principio, era para veinte personas, y terminó siendo para cien. Y no me sentía bien por la altura. Solo pensaba en cómo se lleva un taller de cien personas, pero me sentí bien y los jóvenes me inspiraron.


¿QUÉ TEMAS DESARROLLASTE EN EL TALLER?

Fueron ejercicios y juegos para motivar la escritura. Muchas veces, la gente cree que necesita saber lo que quieren escribir o quieren tener todo planificado. Y para mí es más importante la facilidad de improvisar, de ver qué pasa si ponemos dos palabras juntas y seguimos escribiendo. Por eso hice algunos juegos orales antes de comenzar a escribir. Salieron unos escritos interesantes.


¿EN QUÉ MOMENTO TE DISTE CUENTA QUE QUERÍAS DEDICARTE A LA ESCRITURA?

Cuando acabé la carrera de literatura, me puse a escribir y salió un cuento que al final fueron las primeras páginas de mi primera novela. Y desde aquel momento, con 24 años, supe que quería dedicarme a la escritura. Pero es un camino largo. Y hay que trabajar en otras cosas.


¿QUÉ OTROS CAMINOS TOMASTE A LA PAR DE LA ESCRITURA?

Viví en Barcelona y allí enseñé inglés a los jóvenes. También trabajé para una organización que incentiva a las personas a aprender el idioma galés. Trabajé en varias escuelas difundiendo este idioma. Y al final trabajé en un proyecto que usaba la escritura creativa para ayudar a la gente. Leía poemas con las personas de diversos centros de salud.


¿QUÉ TAN DIFÍCIL FUE PARA TI PERTENECER A LA ESCENA LITERARIA?

Hubiese sido bastante difícil si no recibía los premios que obtuve por mis obras. Hasta cierto punto, mi experiencia me ha mostrado que, si me dedico al trabajo de escribir, al final saldrá. Soy de un pueblo al norte del Gales, es bastante rural. No fue fácil conocer a editores o personas de la industria.

Conozco autores que les es muy fácil publicar un libro. Cuando les pregunto cómo lo lograron, me dicen: “Ay, sí, es que tuve suerte. Conocí a una persona y otra”. Yo no conocía a nadie del mundo de las publicaciones, pero sí que pude publicar una historia corta en una antología de una prensa muy pequeñita de Gales.

Cuando tuve una novela completa (Pigeon), les envié a ellos mi novela. Sin agente ni nada. Me apoyaron bastante con el libro desde el primer momento. Me llamaban y me decían: queremos publicarlo. Y al final, lo publicaron en galés, al mismo tiempo que en inglés.


A PESAR DE QUE MUCHAS MUJERES HAN RECIBIDO UN PREMIO NOBEL, SE SIGUE CRITICANDO EL POCO ESPACIO QUE TIENEN EN LA INDUSTRIA LITERARIA ¿QUÉ DEBE OCURRIR PARA QUE SE DEJE DE INVISIBILIZAR SU ESCRITURA?

No va a ser una cosa, ni en un momento. Es un trabajo de todos. Hay muchas cosas que están pasando que me dan esperanza. Hay algunos académicos que están repasando la historia y encontrando escritoras y revalorizando sus obras. Y eso es muy importante. Creo que se está cambiando la cosa. Muchos de los estudiantes que siguen escritura creativa son mujeres. Y si bien les cuesta publicar, sí lo hacen[…] A mí me da un poco de miedo. Si bien yo escribí un libro sobre tres mujeres, no necesariamente tiene que ser para mujeres. Y es que nosotras somos seres humanos. Y he leído bastantes libros sobre hombres y me interesan igual. Influye mucho en cómo nos publicamos, dónde lo hacemos y cómo llevan la publicidad de nuestros libros.


INFLUYE MUCHO EN CÓMO LA DESCRIBEN A UNA…

Tenemos que comentarlo y luego hay que tratar de cambiarlo. Y estar muy consciente de las cosas. A veces somos nosotras las mujeres que no nos apoyamos.


SE CREE QUE HAY UNA RIVALIDAD.

A veces me he sentido muy apoyada por las mujeres y sin su ayuda no estaría aquí. Pero también hay algunas que no. Más que nada, me siento mal por ellas. Pero debe ser por su experiencia de la vida que las ha hecho sentir un sinsabor. Sobre todo las mujeres mayores que yo, pues lo tenían más difícil. A mí me parece todo tan fácil, pero no lo es.

Una cosa interesante que me ha pasado con mi primera novela es que los hombres me explican cómo ver la vida. Nos explican cosas. Y cuando publiqué el libro, algunos hombres, sobre todo mayores, me decían que les gustaba mucho y lo comentaban. Al mismo tiempo, me sentía insultada. “Sabes que has hecho eso… O el libro dice esto… Me parece interesante que hayas intentado hacer eso…”. Y las mujeres nunca lo hacen. Y esas cosas son muy sutiles. Me parece que eso no les pasa a los autores masculinos.

Los libros de Alys Conran están disponibles en inglés y galés en Amazon.com

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