Bridgerton se estrenó el 25 de diciembre y básicamente combina las mejores partes de Gossip Girl con Orgullo y Prejuicio, junto a un casting emocionantemente diferente, y melodías de Billie Eilish y Ariana Grande en el pianoforte. La realidad no es exactamente un factor determinante en esta nueva producción de Netflix.
La voz de Julie Andrews como Lady Whistledown, la narradora invisible cuya columna de chismes establece la sociedad londinense de principios de 1800, narra esta primera producción de Shonda Rhimes bajo su enorme acuerdo con Netflix, y junto a Chris Van Dusen, quien previamente escribió para los programas de Rhimes: Scandal y Grey’s Anatomy.
Basado en la serie de novelas románticas de Julia Quinn de 2001, “Bridgerton” es una fantasía ambientada en la era de la Regencia y protagonizada por la numerosa familia Bridgerton, donde de alguna manera los ocho hermanos sobrevivieron al proceso de parto –tarea difícil en cuanto a la medicina de la época. Pero, incluso antes de que alguien empiece a tocar Billie Eilish y Ariana Grande en el pianoforte, la realidad no es exactamente un factor en este mundo que Rhimes trae para Netflix.
Esta primera temporada se centra en la hija mayor, Daphne (Phoebe Dynover), quien es presentada al mercado del matrimonio en el verano de 1813. Narrando las luchas de Daphne para encontrar una pareja amorosa y los obstáculos que enfrenta como mujer en el siglo XIX, un movimiento equivocado podría destruir el buen nombre de su familia y el futuro de sus hermanos menores. “Bridgerton” aparentemente no es muy diferente de otros programas de televisión que han representado esta época antes. Sin embargo, el casting sí lo es.
Rhimes ha reimaginado la década de 1810 como un mundo totalmente inclusivo. Típicamente en los programas o películas de la era de la Regencia, todas las personas de color son borradas o se les dan historias traumáticas de fondo. Eso aquí, es emocionantemente diferente. Pero sin poner énfasis en la raza o la imprecisión histórica, lo que a la audiencia le interesará son los escándalos, trajes, chismes e intriga.
Este “romance de la regencia” de la vieja escuela, más que eso, es un punto de la trama histórica que sirve de excusa para rasgar literalmente corpiños bajo un sentimentalismo alegre y sexo desgarrador en una aparente línea histórica falsa.
“Debajo de todo el glamour y la fastuación en este hermoso mundo escapista, está este comentario moderno sobre cómo en los últimos 200 años, todo ha cambiado, pero nada ha cambiado tanto para mujeres como para hombres. Así que explorar esos temas modernos era importante. Y también, quería que el espectáculo reflejara el mundo en el que vivimos hoy. Estamos ambientados en el siglo XIX, pero queríamos que el público moderno se relacionara con él y quería que el público moderno se viera a sí mismo en la pantalla. Nuestro enfoque de la raza es un ejemplo de eso. No me refiero al programa como daltónico. La raza no se habla realmente en los libros ni se considera en los libros, pero no creo que eso sea cierto para Bridgerton la serie. El color y la raza son parte del programa, es parte de nuestra conversación, al igual que cosas como la clase, el género y la sexualidad”, dijo Rhimes a The Hollywood Reporter.
Mientras la primera temporada se centra en la hija mayor Daphne, Van Dusen espera que, en el éxito, sea capaz de explorar romances e historias de amor para todos los hermanos. Así que lo más probable es que tendremos Bridgerton para rato, pues esta primera temporada es tan solo una adaptación del primer libro (El duque y yo) de la exitosa serie de ocho novelas románticas de Julia Quinn que siguen a los ocho hermanos de la familia Bridgerton, cuatro niños y cuatro niñas, mientras buscan los amores de sus vidas.
Esperemos una dosis de “Bridgerton” cada temporada navideña para sumergirnos de cara en las travesuras de la alta sociedad londinense de la época, esta vez con toques de modernidad e inclusión.
