Por Jesús Aldana
Instagram y Facebook son las primeras plataformas en vetar de manera general el desnudo humano –mayormente el cuerpo de la mujer, muchas veces detectado sólo por algoritmos. Pero ¿cuál es el rol de la mujer con respecto a la censura en nuestra sociedad?, ¿cómo las redes sociales y la producción artística actual interactúan frente a ello, tomando en cuenta el pasado de pertenencia y cosificación de la mujer por el sexo opuesto?
Todo surgió como una respuesta lógica frente a una censura ilógica en redes sociales. Solo por compartir una publicación vinculada a una exposición de arte, donde el cuerpo humano se mostraba en su total naturalidad, pero que para algunos era contenido explícito y susceptible.
Incluso tras su publicación….
La propuesta principal era desarrollar un proyecto fotográfico dirigido a la censura del cuerpo humano en las redes sociales, pero en el proceso me percaté sobre la urgencia de visibilizar el abuso y la materialización de la mujer. En una sociedad heteropatriarcal, donde la presencia masculina no tiene cuestionamientos, o simplemente no es discutido por temor; lo femenino se presencia como sagrado, erótico, grotesco y hasta prohibido.
La censura en la era digital denuncia o critica la desnudez, violentando la naturalidad con la que debería ser percibida, sin ningún estereotipo ni prejuicio social. Prueba de ello son referentes como Carlota guerrero que manifiesta constantemente la lucha de la libertad, usando las plataformas virtuales y visibilizando el activismo de #FreeTheNiple. Además, la guía de Yoko Ono frente al cuestionamiento y desmaterialización del arte contemporáneo; como en su exposición “Universo Libre” que compone un poema a su madre acompañado de fotos de un pezón y una vagina. Ahí, ella rescató lo bello que puede ser el cuerpo, pero lo terriblemente mal visto por otros.
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…Pero ¿qué o quiénes rigen estas normas comunitarias en las redes sociales? La común excusa suele ser que “alteran la tranquilidad”, definiendo esto como “crímenes de honor” (Prada, J., 2018). Por lo tanto, se apoyan en lo establecido por la sociedad conservadora, resaltando lo político, religioso, convenciones educativas y familiares. Sin embargo, esto también es resultado de un sector del arte que critica la desnudez dividiéndolo en “la intención artística y la intención erótica”; es decir, lo respetable y “lo crudo” como contenido vulgar y pornográfico. El ejemplo más claro de ello es la censura de “La Maja Desnuda” por Goya, que llevó y lleva una dicotomía constante en el territorio artístico.
En efecto, adapté estos sucesos a lo contemporáneo en las plataformas digitales –resaltando el rol de instagram y facebook– y el impacto del arte que ha percibido a la mujer como una musa, poniendo límites de pertenencia. “¿Qué miras?” tiene como objetivo poner al espectador como un ser juzgante, que trata de deconstruir su mirada frente al cuerpo humano. En el segundo volumen evidencia el temor al pezón femenino en redes sociales, en sus usuarios, y la alteración por la que pasa a diario para ser “aceptado” en una fotografía o pieza artística. Así, utilice elementos muy actuales en la era digital, los emojis como protesta de censura o recursos como el desenfoque en el pezón o un parche. Además fueron herramientas de difusión a una constante violencia que vive la mujer y el pezón femenino, al ser juzgado como un objeto de interés sexual y destruye una identidad para no aturdir la mirada ajena.