Esperando el nuevo comienzo: ¿Cómo ha cambiado la dinámica en las industrias culturales?

Por Cayetano García
Imagen ‘Retrato de familia’ de Christian Bendayán

El arte y el entretenimiento, se han vuelto leales compañeros durante estos días de confinamiento obligatorio. Productos audiovisuales, musicales o visitas a museos en formatos digitales han aparecido para amenizar esta situación tan complicada que impacta de manera global. Si bien la adaptabilidad de ambos rubros es aplaudible, la industria cultural ha sido una de las más golpeadas por la pandemia. Una realidad que amenaza a todos por igual, desde artistas emergentes a aquellos de gran trayectoria, hasta grandes negocios que sirven como canales de distribución, como cines o galerías.


EL JUEGO DE LA RÁPIDA ADAPTABILIDAD

La inesperada situación actual ha obligado a ejecutivos de la industria cultural a aplazar estrenos de películas, cancelar conciertos y festivales, o recurrir a servicios como el streaming para aliviar el impacto económico. Rápidamente, el comportamiento de los consumidores ha cambiado, requiriendo la transformación de formatos tradicionales a unos que se adecúen a la situación. Una pronta respuesta ha sido tarea difícil, haciendo que el negocio del arte y el entretenimiento se contraiga tanto que, como consecuencia, resulte en la pausa de trabajo y proyectos de muchos artistas. Esto ha revelado algunos problemas no atendidos durante mucho tiempo dentro del sector y que ante la crisis actual, se manifiestan con mayor potencia.

El presupuesto asignado al Ministerio de Cultura y los vertiginosos cambios de ministros, entre otras razones, han dotado de precariedad a varias de sus direcciones, respondiendo siempre de manera insuficiente, lenta y poco creativa”

Christian Bendayán, artista visual y curador.

El gobierno peruano planteó incluir a los artistas en la entrega de un bono de 380 soles, otorgado a las personas más vulnerables del país afectadas por el aislamiento social obligatorio. Sin embargo, la industria cultural ha sido constantemente relegada por el Estado, por lo que una bonificación a actores, directores o artistas plásticos se volvería una tarea aún más difícil de cumplir. “El presupuesto asignado al Ministerio de Cultura y los vertiginosos cambios de ministros, entre otras razones, han dotado de precariedad a varias de sus direcciones, respondiendo siempre de manera insuficiente, lenta y poco creativa”, señala Christian Bendayán, artista visual y curador peruano. Asimismo, Bendayán sostiene que se ha priorizado a la inversión en el entretenimiento masivo más que en las actividades sostenibles y proactivas. 

Por otro lado, la mayoría de los ingresos independientemente generados por artistas del entretenimiento han desaparecido. Nicolás Vilallonga es un actor y bailarín, quien considera que la situación del desempleo es “un claro ejemplo del precario sistema laboral que tenemos la mayoría de artistas. Muchos viven del día a día. Sin contratos, sin seguros o gratificaciones. Ante esta crisis inimaginable, es que se ven reflejados los problemas reales”. Además de esto, la falta de información imposibilita una eficiente gestión ante la crisis. Adrián Bello, quien es cantante y músico, concuerda. “Creo que lo complicado es elaborar una suerte de padrón de artistas más vulnerables. Es diferente el actor que está en televisión hace 15 años con un muy buen sueldo y el actor de teatro independiente con un sueldo sumamente volátil. O los cantantes de explanadas y los cantantes de eventos pequeños, etc. Somos muchos y con realidades muy diversas”.

Es diferente el actor que está en televisión hace 15 años con un muy buen sueldo y el actor de teatro independiente con un sueldo sumamente volátil. O los cantantes de explanadas y los cantantes de eventos pequeños, etc. Somos muchos y con realidades muy diversas”.

Adrián Bello, músico.


EL ROL DE LOS ARTISTAS

El New York Times publicó hace algunas semanas una serie de entrevistas que buscaban mostrar el flujo creativo de artistas y arquitectos al estar asilados en sus hogares. La creatividad de quienes conforman la industria cultural para enfrentar esta crisis es verdaderamente particular. Y en nuestro país ha ocurrido algo muy similar. A falta de un rápido accionar del Estado, los artistas refugiados en sus casas han recurrido a diferentes métodos y alternativas para la creación y distribución de contenido artístico. 

La productora Tondero ha organizado el evento de streaming de un show de comedia que buscaba recaudar una cantidad de dinero destinada a quienes trabajan detrás de cámaras –un grupo sumamente afectado por las medidas tomadas por el Estado. La unión de la comunidad artística es vital para afrontar situaciones tan críticas como estas. Iniciativas como la mencionada “podrían hacerse más de una vez en el año”, señala Adrián, quien se encuentra enfocado en su música. Crear música le ayuda a “canalizar la ansiedad y los sentimientos complejos” traídos por la soledad y la incertidumbre. Para otros, como Christian Bendayán, el rol del artista va hacia el trabajo introspectivo y personal. “Intento que el distanciamiento sólo sea físico y que el encierro en este diluvio sea propicio para la regeneración.”

Esta situación es un claro ejemplo del precario sistema laboral que tenemos la mayoría de artistas. Muchos viven del día a día. Sin contratos, sin seguros o gratificaciones. Ante esta crisis inimaginable, es que se ven reflejados los problemas reales”.

Nicolás Vilallonga, actor y bailarín


NUEVAS CANCHAS DE JUEGO, NUEVAS PLATAFORMAS

Sabía que Nicolas Vilallonga daba clases de danza, por lo que me pareció interesante conocer cómo fue el traslado del aprendizaje artístico vivencial al digital. “[A partir de la cuarentena] intento absorber toda la información posible y empezar a unir una nueva serie de herramientas que puedan funcionar a través de las pantallas.” Reinvención es algo que parece plagar, hoy más que nunca, la mente de los artistas. Las plataformas por las que presentaban sus obras han dado un giro de 360 grados. Si bien, como para Nicolás, es cuestión de prueba y error, han empezado a aparecer nuevos canales de exposición. Muy aparte del servicio de streaming, que se encuentra en un auge tremendo, las nuevas plataformas se posicionan como una oportunidad. “Lo importante es que, desde ya, los actores culturales participen en la definición de los lineamientos y políticas que enmarcan el desempeño de las industrias culturales. Si bien, la coyuntura ha puesto fin a dinámicas como el modelo macro museal de aforos sobresaturados -lo que pone en riesgo la subsistencia de instituciones artísticas que basaban su economía en esto-, también ha incentivado a la musealización y apertura de espacios artísticos virtuales que permiten aforos ilimitados y variados sin riesgo, lo que nos obliga a repensar nuestros proyectos”, comenta Bendayán. Para él, esta situación es una oportunidad para incorporar todas las artes visuales a los espacios de difusión exclusivo de cine o televisión; así como la fusión de las artes escénicas con el video-arte. 

Si bien, la coyuntura ha puesto fin a dinámicas como el modelo macro museal de aforos sobresaturados -lo que pone en riesgo la subsistencia de instituciones artísticas que basaban su economía en esto-, también ha incentivado a la musealización y apertura de espacios artísticos virtuales que permiten aforos ilimitados y variados sin riesgo, lo que nos obliga a repensar nuestros proyectos”.

Christian Bendayán, artista visual y curador.

El consumo de arte es beneficioso para la salud mental y el bienestar general de cualquier persona. Institutos culturales han hecho más accesible sus servicios y sus contenidos con modelos sostenibles durante esta crisis. Esto es algo que me hizo pensar en la relación artista y público. Sí, se vuelve más accesible, pero menos tangible y separado duramente por pantallas. “Definitivamente habrá un replanteamiento, al menos para los (varios) meses que se vienen. Creo que hoy por hoy toca enfocarnos en nuestro público y solidificar las relaciones que tenemos con ellos a una escala más individual”, comenta Adrián Bello. Reforzar estas relaciones artista-público son vitales para mantener una experiencia de calidad. “Quizás sea el momento de potenciar ese vínculo -y no dejarlo solamente en manos de las galerías, ferias, curadores, etc.-, desde las herramientas que tenemos como artistas: la creatividad, la innovación, la sensibilidad, la reflexión y en quien lo considere capital, la ética”, concluye Christian Bendayán 

Creo que hoy por hoy toca enfocarnos en nuestro público y solidificar las relaciones que tenemos con ellos a una escala más individual”.

Adrián Bello, músico.

El Estado tiene la ardua –pero necesaria– tarea de diseñar medidas que propongan soluciones para los artistas ante los impactos negativos que están ocurriendo a corto plazo; y además, la de identificar nuevas oportunidades para incentivar a la producción cultural y creativa del país. Muchos están a la espera de un nuevo comienzo, sin embargo la cancha de juego ha cambiado. Ahora nos toca, como artistas y consumidores, enfocarnos en construir una comunidad integral y de soporte. Aprovechar las nuevas plataformas y optar por la innovación. 

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