Celebramos el día de la canción criolla junto a Julio Zavala y su banda ZAV. Ellos nos demuestran que la música no discrimina géneros y es un camino hacia el orgullo afroperuano, con su disco “El negrotismo Ilustrado”.
El Perú, así como todos los países del mundo, tiene una enorme diversidad de formas de expresión. La música es una de ellas. Nuestra música, a través de los años, se ha ido construyendo y renovando sin discriminar ritmos para seguir llenándonos de orgullo y pertenencia.
Al son del cajón, teclado y sintetizadores, ZAV nos arma la jarana. Una nueva generación de músicos peruanos ha conseguido macerar la tradición de nuestros ritmos con las formas musicales contemporáneas, para crear así un nuevo género denominado afro pop. “Queremos unificar, encontrar una confluencia de todos los sabores sin que exista una brecha que las distinga. Por eso, juntamos nuestra esencia afroperuana con lo rico del funk, los sentimientos y emociones del jazz y la fuerza del rock, para crear un sabor distinto, pero que percibidos juntos, se logre que todas las influencias musicales estén en interacción” nos cuenta Julio.
Julio Zavala, fundador, bajista, cantante y compositor de ZAV, aporta su grano de arena a la lucha de la comunidad afroperuana por su identidad y reconocimiento con su último álbum, “El Negrotismo Ilustrado”, una pieza musical defensora que pone a bailar al Perú de alegría. “Este es el disco en el que me he sentido más feliz en cuanto al resultado final. Me ha dado mucha seguridad y me ha ayudado a forjarme frente a las adversidades de la vida. La música no es una carrera que se elige, es un llamado. Toda tu vida vas a hacerla, lo mejor es seguir creciendo”, comentó Julio.
Dicho álbum fue premiado como el proyecto ganador de Estímulos Económicos del Ministerio de Cultura 2018. El título es una especie de parodia al despotismo ilustrado, una metáfora que representa a una época en la que la comunidad afroperuana continúa luchando por el respeto que se merecen.
Lo que ZAV busca es establecer la figura del afroperuano, para que sea visionado como una forma de una persona que puede conseguir grandes logros y puede proponer un sentido estético elevado. “Quiero que ese mensaje que irradia la música traspase al público de una manera natural, y que ya ni siquiera piensen en la etnicidad de la persona que la esté tocando, sino que se den cuenta que se están haciendo las cosas bien. No quiero enfocar el tema de que existe una inequidad, sino abordarlo desde un punto de vista desde el amor y dar una nueva opción”, explica.
No cabe duda que ZAV logra ser ese portal que a raíz de su talento y su música refleja el aquí y el ahora expresándose a través una fuente inagotable de amor y creando un mazacote rico de bailar.
Las canciones de ZAV, de este disco, evocan a conectarnos de una manera emocional con una memoria o con otra persona a través de la historia. Si bien tienen una letra sencilla, carga una armoniosa dosis de poesía que tiene fuerza y a la vez dulzura, ritmo con cadencia afro y jazz contemporáneo, unidos en armonías que dan frescura a los sentidos.
