La moda cambia, los ideales de belleza también. En diciembre del año pasado, la revista Vogue México difundió su edición enero 2019 con un rostro nuevo en la portada. No se trataba de una modelo rubia ni extremadamente delgada, sino de una mujer más parecida al promedio: de contextura ancha, estatura baja y rasgos indígenas. Era Yalitza Aparicio, la oaxaqueña que debutó en la actuación con la galardonada cinta “Roma”, dirigida por Alfonso Cuarón.
Bajo el título “Una estrella ha nacido”, Aparicio posaba segura y serena, envuelta en un vestido Dior, sin saber que su imagen sería un furor para la considerada biblia de la moda latinoamericana. La postal fue compartida miles de veces y no tardó en reproducirse en distintos medios. “Después del impacto que causó la portada de Yalitza, nos preguntamos: ‘¿qué quiere ver nuestro público?’”, comenta Karla Martínez de Salas, directora editorial de Vogue México, quien llegó a Lima para celebrar los 20 años de la revista, gracias a una alianza con el centro comercial Real Plaza.
Su pregunta se responde día a día en las redes sociales y en la revista impresa: buscan celebrar la diversidad. Y lo hacen con la celebrity Kourtney Kardashian, la modelo plus size Paloma Elsesser y la cantante Camila Cabello, rostros diversos que han pasado por su portada. “El cambio no fue fácil. Cuando asumí la dirección de Vogue México [hace tres años], mi jefe me pedía que ponga en portada a ‘modelos top que desfilaran en las mejores pasarelas porque eso generaba engagement y ruido’[…]
Sin embargo, a nosotros nos importa sentir que estamos apoyando nuestro talento. Si no las sacamos nosotros, ¿quién lo hará?”, cuenta la directora.
EL PAPEL NO ESTÁ MUERTO
A lo largo de sus dos décadas, Vogue México se sumó a las nuevas tecnologías y apostó por crear contenido exclusivo para sus redes sociales y su página web. A la cabeza del equipo digital se encuentra Cristina Chamorro, quien recalca la importancia de estar conectados a sus lectores gracias a la inmediatez de internet. “Apostamos por el contenido digital porque es global. Sin embargo, no vamos a renunciar al papel. Tenemos lectores de todo tipo: aquellos que están conectados a su celular leyendo las tendencias, enterándose de las novedades; y otros que prefieren ir al quiosco para comprar una revista, guardarla y volver a ella cuando quieran recordar una nota”, menciona Chamorro.
Y sobre el valor de ambos medios de comunicación, Karla Martínez agrega: “Un ejemplo perfecto para explicar la fuerza que tienen nuestras redes sociales es Karl Lagerfeld. Cuando el diseñador falleció, nosotros publicamos contenidos desde las 6:30 de la mañana. Pero para la revista teníamos preparada una sesión de fotos con las prendas de la última colección que posteriormente se mostrarían en la cuenta de Instagram. Tratamos de crear un balance”. Hay contenido para todos los gustos.
MODA LATINA
“Latinoamérica está de moda”, afirma la directora editorial tras reconocer que su mayor audiencia se encuentra en México, seguida por Colombia, Perú, Chile y Argentina. “Es difícil decidir sobre qué país hablar porque al lector no le interesa solo lo que pasa afuera, también lo que pasa aquí”, revela.
Aún así, sus páginas se refrescan cada mes con cultura latina: sesiones de fotos con prendas de diseñadores latinoamericanos, historias de empoderamiento femenino y más. Pero ¿qué destacan de Perú? “La curaduría no es sencilla. Sin embargo, sabemos que muchos diseñadores peruanos van a México para dar a conocer sus diseños. Destacamos mucho las propuestas de Alessandra Petersen, la firma Escudo y otras más porque no le copian a nadie, son únicas y fieles a su materia prima. Tienen la materia prima perfecta”, responde Martínez de Salas, quien apuesta por una revista que siga resaltando los colores de Latinoamérica.
Palabras Andrea Cáceres