Un panorama más fuerte hacia la sostenibilidad

Por Fernanda Guerrero

Han pasado algunos meses desde que la pandemia del coronavirus comenzó a paralizar a más de 180 países, obligándonos a mantenernos en casa con confinamientos indefinidos y limitándonos a vivir solo con lo necesario. Mientras permanecemos en casa notamos recurrentes imágenes del cielo despejado, la reducción drástica de contaminación en el aire y una vida silvestre que avanza hasta territorio, comúnmente, ocupado por humanos. Todo ello llevará a muchas personas a buscar una nueva normalidad cuando la pandemia culmine, una donde podamos redefinir nuestros roles en cada aspecto de nuestras vidas.

En este sentido, la moda no escapa de este replanteamiento y los especialistas ya han previsto que la industria de la moda deberá enfocarse a la sostenibilidad para llegar a estos nuevos consumidores. ¿Cómo estas prácticas pueden replantear la industria y qué tendrán que hacer las marcas –y los consumidores- para unirse a estos cambios?

Stella McCartney Campaña Invierno 2019


La ética de las marcas

“La sostenibilidad se trata del equilibrio. Lo más importante es usar los recursos naturales que tenemos de la madre tierra de manera consciente y sin agotarlos” expresó la diseñadora Stella McCartney para la revista Vogue UK. En efecto, la moda sostenible tiene que ver con cómo afecta la producción y consumo de una prenda, desde fabricación hasta todo el ciclo de vida, en el medio ambiente. De esta forma, las marcas deben estar involucradas en todo el proceso de fabricación de las prendas, desde conocer la procedencia de sus fibras hasta la elección de un diseño que implique utilizar los tejidos en su totalidad –zero waste- o en su defecto hacer uso de telas o prendas recicladas.

A su vez, las condiciones laborales justas son la base de todo lo mencionado, ya que es imprescindible respetar la integridad y dignidad de todas las personas involucradas en el
proceso. Al contrario del fast fashion, la moda sostenible no concibe la falta de seguridad, salarios injustos, ambiente laboral precario o explotación infantil. Es por esto que para las marcas éticas es necesario trabajar en conjunto con sus fabricantes o artesanos.


Una nueva forma de consumo

La sostenibilidad necesita también de un consumidor consciente, capaz de hacer compras inteligentes para así reducir el impacto contaminante de la moda. De esta forma, la consultora Mckinsey, consultora global en estrategias de administración, ve como posibilidad que los consumidores generen una antipatía hacia los modelos de negocios que
generan desechos y mayores expectativas para una acción sostenible y orientada a un propósito. Por lo que identificar los patrones de la moda sostenible evitará las compras
compulsivas que provoca el fast fashion con precios económicos a costas de polución y trabajadores en condiciones de semiesclavitud.

Una nueva forma de consumo que se ve más seguido en redes sociales es la de darle segunda vida a prendas en desuso. Personalizar ropa vieja o donarla es también una opción para sumarse a este cambio y evitar generar más desechos. Sin embargo, aunque existan muchas más formas igual de válidas para contribuir, consumir el mercado local será importante para un mundo post-coronavirus. Aunque los estragos de la pandemia aún no son calculables a un 100% es evidente que la crisis afectará a la moda también y será beneficioso como país comprar producto nacional.

Finalmente, estará en las manos de los diseñadores, pequeñas y grandes marcas encontrar nuevas ideas para fortalecer los nuevos modelos de negocio y satisfacer la mentalidad del consumidor que ya estaba mostrando señales de cambio hacia un enfoque preservando los recursos naturales y el cuidado de nuestro planeta antes de la pandemia.

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