Texto Kiki Javes
Paris Fashion Week fue el escenario del último show de Chanel. El cual mostraba con nostalgia, la más reciente y última colección Otoño Invierno del legendario Karl Lagerfeld, quien falleció el pasado 19 de Febrero.
Aunque con el paso del tiempo su nombre se transformó en sinónimo de iconicidad, Karl era conocido por ser el tipo de persona que negaba el sentimentalismo y más aún, los funerales. Karl fue sin duda, uno de los hombres más reconocidos en la industria de la moda. No solo por liderar la casa Chanel, los últimos 36 años de su vida. Sino por la visión que tenía acerca de la moda y su compromiso con la misma. Había que homenajearlo de alguna manera.
El Grand Palais dio vida a un escenario de cielo azul y altas montañas cubiertas de nieve. Chalet Gardenia, desplegaba a lo largo de la pasarela 12 chalets alpinistas con chimeneas humeantes y balcones de madera, rodeados de árboles. Y para un toque de realismo no podía faltar, la nieve.
El desfile comenzó con un minuto de silencio, recordando el fin de una era en la industria creativa, y el comienzo de una nueva, llena de expectativas. Cara Delevigne, una de las conocidas musas de Lagerfeld inició el recorrido guiando al resto de modelos por la pasarela. Las clásicas texturas como el tweed y pata de gallo se lucían en trajes. Al igual que ciertos colores añadidos al show. Botas de nieve, lentes de esquiar, trajes de lana y algunos toques deportivos como algunas chaquetas. Además de ciertos vestidos de plumas inspirados en los copos de nieve.
Penélope Cruz, reciente embajadora de la marca, hizo una aparición especial desfilando en la pasarela, llevando en sus manos una rosa blanca. Finalmente todos los asistentes y modelos dieron fuertes palmas al recuerdo de Karl, mientras que una y otra lágrima se asomaban. La colección resaltó la esencia de Karl por última vez. Fue una nostálgica despedida que nos deja con la expectativa del nuevo rumbo de la marca a cargo de la mano derecha de Karl, Virginie Viard.
Imágenes Cortesía Chanel
