El arte ha estado presente desde el inicio de los tiempos, comunica ideas, muestra belleza, explora una perspectiva diferente, genera emociones y más importante aún, cuenta una historia desde un punto de vista. Tanto así, que Ricciotto Canudo las enumeró en su libro “Manifiesto de las siete artes”. Siete artes que conoce en su gran mayoría Rustha Luna, una artista y escultora franco-peruana que regresó al Perú tras vivir en Francia por más de una década.
Mediante el uso de elementos considerados “cliché” en sus obras, Rustha da un nuevo enfoque y perspectiva que cuestiona tanto estereotipos de identidad como de género. Su personaje principal suele ser frecuentemente la mujer. Además, algo que la caracteriza, es la complementación de técnicas tradicionales como modernas, desde el tejido y la escultura, hasta la fotografía y el video.
El arte siempre estuvo en sus venas, su padre hacía cine y su madre teatro. Aunque, de pequeña se inclinó más al teatro, estaba en quinto de media cuando decidió cambiar de rubro tras ver unas obras de arte en un parque de Miraflores. Pero la situación artística en el país era difícil. Viajó a Francia para estudiar y regresó al Perú después de 16 años, con una mentalidad diferente.
Sus experiencias personales, comenzaron a ser el punto de partida en sus creaciones . De ser una mujer nacida en el Perú en los años 70, una generación que fue golpeada por el terrorismo y violencia, hasta migrar a Europa. Aquello la introdujo a conocer nuevos países, artistas y culturas que la han inspirado para desarrollar algunas de sus obras. “Lo primero que uno hace para crear, es almacenar sentimientos, ideas, emociones y luego te armas de técnicas con las que puedes expresarlas. Es el simple hecho de vivir y ser curioso”
Sin embargo, su mayor reto fue construir una carrera profesional en la cual pueda dedicarse únicamente al arte. Le costó varios años, en los cuales trabajó orgullosamente como mesera. Tras finalmente instalarse en un taller de Bordeaux en Francia, sus días enteros eran dedicados a trabajar en sus exposiciones y proyectos que podían o no, ser presentados.
Periódicos y revistas de Francia recalcaban el enfoque socio-ambiental de sus obras. Su taller era abierto al público, este simple hecho invitaba a las personas curiosas que pasaban por ahí a ser cómplices del arte que se realizaba dentro. Ahí, Rustha les enseñaba sus técnicas, brindándoles la oportunidad de contribuir a algo común, aprender y conocer más el trabajo de un artista.
“Crear es importante dentro de mi vida, he creado diferentes maneras de hacerlo. Tienen que ver con las técnicas que utilizo y los temas que quiero expresar”.
Los materiales utilizados en su obra, por lo general, eran donados por diferentes entidades francesas, tales como prendas y textiles, entre otras de su propio uso. Un tema muy recurrente en sus rondas participativas (taller abierto al público) era la importancia de renovar y reutilizar. “Yo creo que el arte ya de por si, renueva muchas cosas. Fomenta el querer hacer algo nuevo, darle belleza y estética”. Dentro de poco, sus esculturas y obras comenzaron a ser exhibidas en galerías y museos de arte.
No obstante, hasta el momento, la historia de Rustha se desarrollaba en Francia, donde a diferencia de nuestro país, al artista se le remunera y se le respeta como un profesional con derechos.
Sin embargo, cuando Rustha llegó al Perú, la sorprendió el cambio del artista peruano. Cómo este y su trabajo es visto en el extranjero a diferencia de nuestro país. Por otro lado, recalca el renacimiento de un arte moderno y contemporáneo que está siendo revalorado en nuestro país. Esto gracias al regulado incremento de la presencia del estado.
Aún así, el ser artista aquí, aún está por ser normalizado. Para Rustha, la idea de una complementación entre el compromiso social de las empresas y el estado hacia el impulso de la cultura puede llevar a nuestro país a un nuevo nivel de identidad.
Entre sus trabajos más destacados en el país se encuentra su colaboración con el MATE (Museo de Mario Testino) donde con la ayuda de los visitantes intervino las letras del nombre del museo, empleando la misma técnica que usaba en sus talleres participativos. De la misma manera, realizó un mural tejido junto a los alumnos de una escuela empleando plásticos y botellas que los niños llevaban. Demostrándole a los niños que los materiales que tiene en casa pueden servir para crear algo nuevo en vez de estar tirados en el mar.
Actualmente es profesora en la facultad de Arte de la Universidad Pontifica Católica del Perú. Donde incentiva a sus alumnos a ser curiosos y exploradores. No descarta la posibilidad de realizar un taller participativo que permita al público formar parte de una nueva experiencia.
Rustha Luna es una artista que comparte su visión mediante la creatividad en diferentes formas de expresión y nos invita a debatir diversos aspectos de nuestro entorno. Con la esperanza de alentar el desarrollo y apoyo hacia el artista peruano. “Femmes Armées” (Mujeres Armadas) es una de las exhibiciones próximas a presentarse en la Alianza Francesa durante el mes de Septiembre. El cual contará un conjunto de obras que muestran el lado femenino desde una perspectiva diferente.
Escrito por Kiki Javes