Por Andrea Cáceres
Ilustraciones en las portadas de las revistas, sesiones de fotografía por videollamada, desfiles virtuales y tiendas online. Así se transformó la industria de la moda luego de que se decretara cuarentena obligatoria en el Perú y el mundo.
La industria de la moda fue, sin duda, uno de los sectores más afectados por la pandemia. El 2020 fue un año de cambios: los negocios tuvieron que adaptarse para sobrevivir. Las personas se cuestionaron si debían o no seguir alimentando una industria que no es del todo sostenible.
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Cuando se decretó la cuarentena, revistas de moda como Vogue o Elle Magazine tuvieron que innovar en sus portadas, ya que no podían presentar el rostro de una modelo. Optaron por usar ilustraciones o símbolos que brindaran calma y esperanza. Los desfiles de moda se cancelaron. Las sesiones de fotos dejaron de realizarse. Las modelos se quedaron confinadas en casa. Muchos de los negocios de moda tuvieron que cerrar sus puertas y otros vieron en los canales digitales una posibilidad para seguir adelante. Asimismo, los diseñadores tuvieron que parar sus producciones y optaron por lanzar líneas ‘comfy’ o ‘loungewear’. Se crearon también diversas versiones del accesorio que se robó todas las miradas: la mascarilla. Esta pieza es esencial para la salud de las personas. Y las casas de moda como Gucci, Chanel, entre otras, vieron en este accesorio una oportunidad para retomar sus ventas (una mascarilla puede llegar a costar miles de dólares). Para ellos, el lujo carece de crisis.
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MODA PERUANA
Los cambios que afrontó la industria de la moda global no distan de lo que enfrentó la moda local. Los primeros meses de cuarentena, las personas vivían en constante incertidumbre, no había un rumbo claro: Lima Fashion Week se canceló, las editoriales de moda dejaron de producirse, los diseñadores se apoyaron en sus canales digitales para brindar nuevas experiencias a sus clientes, la moda sostenible cobró más fuerza y comenzaron a surgir nuevos emprendimientos con propósito.
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Para algunos, la crisis fue el momento perfecto para arriesgarse y apostar por cambios: los fotógrafos cortaron las distancias y realizaron sesiones de fotos por videollamada. Los asesores de imagen tuvieron citas por zoom. Marcas independientes lanzaron su e-commerce. Un ejemplo de ello son la diseñadora Annaiss Yucra y la marca D.N.I. Los desfiles se realizaron de forma virtual con modelos 3D: Camille Defago logró que cientos de personas vieran su colección en tiempo real, desde sus casas y sin necesidad de poner en riesgo su salud.
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Con el pasar de los meses, la reactivación económica permitió que los diseñadores trabajen nuevamente con sus productores y lancen propuestas con una mirada distinta: prendas más versátiles para el día a día. Los miembros de la Alianza de Diseñadores del Perú como Sumy Kujón, Edward Venero, Amaro Casanova, Paola Gamero, entre otros, presentaron sus colecciones por video con modelos reales.
Un hecho lamentable fue el cierre del MATE, un centro cultural que apoyaba la escena de la moda local. Grandes exposiciones y exhibiciones se realizaron en la casona barraquina. El arte que albergó puede ser visto a través de un recorrido 360°.
PENSAR EN EL FUTURO
Poco a poco la industria de la moda retoma sus actividades. Siempre con cuidado y pensando en el bienestar de sus colaboradores. En Europa, los desfiles se realizan con todas las medidas de seguridad: la firma Jacquemus presentó su colección “L’AMOUR” Summer 2021 en campos de trigo con un aforo reducido: invitados especiales y prensa. Chanel optó por grabar su desfile y lanzarlo a través de Instagram. La única invitada fue Kristen Stewart. Ambos espectáculos mantuvieron un deleite visual impresionante.
Asimismo, las personas siguen apostando por las últimas tendencias y es que la moda está en su naturaleza. El objetivo es incorporar la sostenibilidad en nuestras vidas y preocuparnos por apreciar el trabajo manual (y local).
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