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Motivadas por mujeres poderosas dentro de su familia y por pioneras dentro de la comunidad afroperuana, Anaí Padilla, Javiera Arnillas y Natalia Barrera nos cuentan su historia de autodescubrimiento celebrando sus raíces. La ausencia de referentes positivos de mujeres negras en los medios de comunicación las invitan a pensar las nuevas maneras en las que se debe fomentar la representatividad.
Anaí, Javiera y Natalia protagonizan una editorial llena de frescura en donde reflexionan sobre la falta de visibilidad en los medios. Sus historias se potencian con las piezas de la nueva colaboración de lem lem x H&M, con diseños contemporáneos que hacen una oda a las tradicionales técnicas textiles provenientes de la Etiopía natal de Liya Kebede, directora creativa de lem lem.
Fotografía: Jorge Anaya, Dirección de arte: Cayetano García, Styling: Sharon Cadillo, Maquillaje: Adrian Rey, Hairstylist: Winie Calvay, Video: Bruno Moreano, Producción: LATEX Magazine
Anaí, Javiera y Natalia visten lem lem x H&M
Una niña afroperuana prende su televisor y al esperar que comience su programa favorito, observa una pieza publicitaria protagonizada por mujeres con cuerpos perfectos y pieles distintas a la suya mientras corren por una playa paradisiaca. Las mujeres en la televisión lucen muy diferente a ella y lo que es retratado como la perfección, escapa de cualquier posibilidad suya. Si bien en la última década, los medios de comunicación hemos sido testigos de la urgencia e importancia de representar la diversidad de nuestro país, el camino es aún uno muy largo por recorrer.
Tanto la publicidad como los contenidos de entretenimiento no muestran en su totalidad la realidad diversa en la que nos desenvolvemos. Cuatro de cinco películas estrenadas con una protagonista femenina, es blanca. La escasez de referentes positivos de mujeres afroperuanas en los medios es un problema que da espacio a más racismo y hace que el proceso de autodescubrimiento de las niñas afroperuanas sea mucho más complejo. Natalia Barrera, Javiera Arnillas y Anaí Padilla son tres mujeres negras que rompen las barreras de la representación para convertirse, desde sus identidades, en estos referentes tan necesarios para las siguientes generaciones.
NATALIA BARRERA: Modelo
El Perú habla de diversidad cuando es marca y cuando es turismo. Pero no se habla diariamente de su historia, de dónde venimos. La representación importa porque el racismo se encuentra borrando nuestras identidades y no permite que nos cuestionemos de dónde venimos.
Natalia Barrera, modelo, productora audiovisual y presentadora de la serie Descoloniza de AJ+.
“Con más referentes positivos de mujeres negras, a mí se me hubiera hecho más fácil, cuando era pequeña, poder encontrar mi identidad y descubrir quién soy”, comenta Natalia, modelo y actual conductora de la serie web de la plataforma AJ +, “Descoloniza”. A sus 23 años y desde su formación en el distrito de Breña, Natalia vuela en su creatividad para encontrarse en un constante proceso de cuestionamiento. “Se me hizo más difícil encontrar mi identidad porque no podía verla en todos lados. Es difícil construir una identidad en este país ya que su racismo hace que crezcamos con una identidad fragmentada”. Natalia recuerda que de pequeña, encontrar su identidad no era tan problemático como en su adolescencia, en donde se sintió muy sola.
Pero fue esta soledad la que la motivó a encontrar espacios para volverse su propio referente de representación. Hoy, Natalia es la definición de versatilidad y en el modelaje encontró la perfecta manera para aprovechar esta característica que la hace tan única. El modelaje la invita a transformarse constantemente, permitiendo que su percepción de identidad y estilo mute y fluya tanto como su misma identidad. “Defino mi identidad como una versátil; una fusión de identidades que ha evolucionado en versatilidad. Estamos en constante evolución y el modelaje me permite hacer de mi identidad algo más versátil”, comenta la modelo. Para ella, la manera en la que se viste y construye su imagen personal es una celebración de sus raíces que se extienden desde la costa, sierra y selva del territorio peruano.
Pero, ¿de dónde viene este orgullo de una mezcla de identidades que parecen ser tan invisibles para los medios de comunicación? Natalia reconoce que la situación de representación y visibilidad de referentes positivos para mujeres como ella se encuentra en un punto grave. Sin embargo, sus hermanas fueron el primer gran referente que encontró al crecer. Sus historias de superación la llenan de emoción, pero aparece la pregunta de qué ocurre con las niñas negras que no tienen la oportunidad de ver a figuras familiares tener este éxito en un país que le da la espalda a su comunidad. “El Perú habla de diversidad cuando es marca y cuando es turismo. Pero no se habla diariamente de su historia, de dónde venimos. Además, hay un problema enorme con el racismo y este no se aborda de manera correcta en los medios de comunicación. La representación importa porque el racismo se encuentra borrando nuestras identidades y no permite que nos cuestionemos de dónde venimos”, señala la modelo. Para ella, mirar hacia adentro (o “rebuscar en nosotros mismos”), en este caso su familia y sus raíces, sirvieron como la forma ideal de empezar su proceso de construcción de identidad.
“El racismo existe para ponernos obstáculos, pero con la representación, el obstáculo se muestra más sencillo de pasar. Con la representación, una puede ver todos los caminos que tu vida puede tomar”, Natalia comenta. Ella recuerda sus sueños de niña, antes de convertirse en lo que su mamá llama “una adulta joven”. Videos de mujeres negras creando contenido en YouTube la llevaron a ver estos obstáculos puestos por el racismo en la sociedad peruana como algo posible de saltar y empujar. “Dicen que el ser humano funciona como un espejo: yo veo en ti cosas positivas que no veo en mi misma. Una buena representación permitirá que niñas negras puedan soñar y verse en otras persona llegando a sus sueños en un futuro”, concluye Natalia.
JAVIERA ARNILLAS: Actriz y activista
Las personas crecemos imitando, viendo y crecemos teniendo como referentes a otras personas con las que nos sentimos identificadas. Cuando esas personas no se parecen a nosotras, nos sentimos diferentes. Es importante que a quienes admiramos, también tengan características como nosotras.
Javiera Arnillas, actriz y activista por los derechos de la comunidad trans.
Beyoncé y Sakura fueron quienes llenaban de entusiasmo los sueños de Javiera Arnillas desde joven. La lucha constante de la actriz y activista por los derechos de las mujeres trans en el Perú, encuentran su lugar en la corporalidad y cómo esta es retratada en los medios de comunicación. “Pasé de odiar mi cuerpo, mi piel y mi cabello, a amarlo, celebrarlo y mostrarlo tal y como es. Emanciparse del odio. Por muchos años, se nos ha impuesto a las mujeres negras sentirnos incómodas y sin orgullo al aspirar a ser blancas”, comenta Javiera.
Ella es una mujer que toma su feminidad y la lleva como bandera, mezclándolo con detalles que rinden tributo a sus raíces. De pequeña, lo femenino y afroperuano eran algo que buscaba esconder, hoy se desenvuelve entre trenzas, vestidos y dulzura. “Las personas crecemos imitando, viendo y crecemos teniendo como referentes a otras personas con las que nos sentimos identificadas. Cuando esas personas no se parecen a nosotras, nos sentimos diferentes. Es importante que a quienes admiramos, también tengan características como nosotras”, comenta Javiera. Desde su activismo basado en la diversidad y celebración de lo diferente en una sociedad que busca una uniformidad distópica, Javiera urge que existan referentes que cada vez se parezcan a más personas en el lugar en el que se encuentran.
“Quiero proyectar en el ejemplo desde todas las campañas en las que formo parte para que chicas como yo se puedan sentirse representadas. Que se inspiren en mi historia y corporalidad; recordando la importancia de ser diferentes”, define la actriz y activista. Javiera, además de identificarse como una mujer negra, también toma la identidad trans con mucho orgullo. La problemática de representación y diversidad de las mujeres transgénero negras en los medios de comunicación es sumamente violenta. Programas cómicos retratan a mujeres trans encasillándolas en estereotipos estrechos y basados en argumentos transfóbicos llenos de misoginia. La dificultad que tienen las mujeres trans para tener un proceso de autoidentificación sano y sin obstáculos es preocupante. Ante esto, Javiera define que al igual que ella, las mujeres trans negras en el Perú se encuentran en un proceso paulatino. “Es un proceso de sentirme más segura y más conforme siendo mujer. En mi caso es un proceso paulatino, todos los días aprendo algo nuevo, la construcción de mi identidad femenina se va dando en el tiempo”.
ANAÍ PADILLA: Actriz y activista
Decidí hacer algo con eso, como actriz negra. Llevé a escena historias que representen de verdad a la comunidad afrodescendiente. Mi sola presencia en un escenario ya es un acto político. Tomar los espacios que se nos han negado ya es un acto político y remueve y resuena en otros esa motivación e inspiración.
Anai Padilla, actriz y activista.
Para Anaí Padilla, la búsqueda para definir su identidad está sumamente relacionada con su profesión como actriz. En su periodo como artista en formación, encontró en la falta de dramaturgos afroperuanos y personajes que representen la historia de su comunidad de primera mano, un motor para volver su presencia en el teatro algo más trascendental para su audiencia. “Decidí hacer algo con eso, como actriz negra. Llevé a escena historias que representen de verdad a la comunidad afrodescendiente. Mi sola presencia en un escenario ya es un acto político. Tomar los espacios que se nos han negado ya es un acto político y remueve y resuena en otros esa motivación e inspiración”, comenta Anaí. La actriz reconoce que detrás de cada interpretación de un papel para teatro o televisión, muchas niñas se verán reflejadas en su identidad y fuerza.
Al igual que Natalia y Javiera, la actriz tiene muy presente los sueños de su comunidad, especialmente las más pequeñas. “Siempre regreso a mi niñez. Una de las primeras cosas que nos cortan de pequeñas son nuestros sueños, encasillándonos en maneras de ser y vernos”, recuerda Anaí. La construcción de su imagen y estilo es un regreso a la naturalidad e inocencia de una niña afroperuana. Llena de colores y con su cabello en alto, Anaí sabe que celebrar su identidad es regresar a sus raíces. En su proceso de cuestionamiento, optó por raparse todo el cabello. “Traté de encajar porque la sociedad nos empuja a blanquearnos y nos dice que lo mejor es estar lácea y vestirse de cierta forma. Por eso me rapé: quería que crezca mi raíz desde mi esencia y sentirme guapa, sentirme rica”, señala la actriz.
Mujeres fuertes y trabajadoras en su familia, como la gran Victoria Santa Cruz y Esther Chávez fueron su principal fuente de inspiración para crear espacios de diálogo entre las identidades con el arte. Pero Anaí sabe que no es suficiente: “Lamentablemente, han sido pocos a comparación de los que más te hacen sentir no necesariamente parte. Hay más situaciones en las que me he sentido no reconocida. Pero han habido momentos claves que me han motivado a tener esa inspiración”. Para ella, el tema del racismo tan ligado a la falta de referentes ha dado pasos grandes en los últimos años, pero le preocupa la actual negación de ciertos grupos para ver con ojos que reconozcan la diversidad. Este pensamiento llega a tener un impacto en las maneras en que los medios llegan a concretar historias y personajes de la comunidad afroperuana, cayendo en estereotipos y conformismo. “Creo que el tema está puesto en la mesa clara y concretamente, es una decisión tomar las riendas. Lamentablemente veo, en el mundo artístico, que se quedan en la parte cómoda. Se necesita un cambio real, no solo políticas sino en acción. La representación positiva es de suma importancia para las nuevas generaciones y las que somos más grandes porque estamos sanando”, comenta Anaí.
Desde su arte, las tres cuentan sus historias de manera personal y a modo de celebración. La llegada de nuevas plataformas digitales y medios son escenarios perfectos para que el mensaje de Natalia, Javiera y Anaí llegue a más niñas que buscan verse reflejadas en historias tan inspiradoras como las suyas. Mujeres afroperuanas con una presencia que se envuelve en positividad para motivar a una siguiente generación de referentes para su comunidad.
Esta historia ha sido creada junto a H&M por el lanzamiento de su colección lem lem x H&M junto a Liya Kebede. Esta colaboración con la marca de ropa femenina fundada por la supermodelo, actriz y defensora del empoderamiento de las mujeres etíope, Liya Kebede, es cómoda en la ciudad pero lista para una escapada de verano. La colección presenta una gama relajada y vanguardista de caftanes y prendas de playa con rayas y bloques de color teñidos por inmersión junto con trajes de baño, bisutería y complementos, fabricados con materiales más sostenibles que incluyen lino orgánico, poliéster reciclado y Tencel ™ Lyocell.
lem lem x H&M ya se encuentra disponible en H&M de Jockey Plaza, Mega Plaza, Plaza Norte, Trujillo y Mall del Sur desde el 28 de Octubre