La nueva colección de D.N.I es una oda a la cotidianidad peruana, el trabajo manual y la herencia cultural

A través de sastrería, procesos upcycled, materiales recuperados, trabajo artesanal y fibras naturales, los gemelos peruanos detrás de la firma establecida en París, buscan honrar el trabajo manual y la herencia cultura contando historias reales de la cotidianidad peruana.

En Latinoamérica, la herencia más importante siempre ha venido del lado de la familia: historias de vida, conocimientos, memorias e, incluso armarios, son ese legado que se lleva en el corazón. Una clásica historia peruana se esconde en esos detalles. Parte de la herencia cultural del Perú –y en todo Latinoamérica– es la reutilización de prendas, siendo bastante común que se transmitan ​prendas de generación en generación​. Antes de que el consumismo y ​fast fashion ingresen a nuestras vidas, los ​sastres y costureras trabajaban arreglando las prendas para que tengan una segunda vida entre los miembros de una misma familia.

D.N.I cuenta historias verdaderas, y así como vienen haciendo con sus colecciones pasadas, esta nueva propuesta nace a partir de un recuerdo: “Cuando éramos niños, uno de nuestros familiares nos dijo: «¿Sabían que su bisabuelo fue sastre?» Si bien no conocimos a nuestro bisabuelo, el mensaje es aún más amplio. Queremos hablar de la transmisión de recuerdos, del trabajo hecho a mano y de herencia cultural.”

Mediante iconografía y simbolismo, la nueva colección de D.N.I titulada «Mi bisabuelo era sastre» hace honor a un legado de historia y recuerdos donde destaca el trabajo artesanal. Debido a que hace algunos años se consideraba bastante común que exista un sastre o costurera de confianza en la familia, esta colección gira en torno a una sastrería imaginaria donde toman diferentes herramientas del sastre como un centímetro, agujas, tijeras y manos –estas últimas como parte intrínseca de la artesanía.

“Los ajustes en nuestra ropa eran parte de nuestra niñez. Mi madre y mi tía arreglaban sus vestidos con una costurera. Escogían telas y ella venía a casa a hacer los retoques”,​ recuerdan los gemelos Ruiz Muñoz sobre su niñez en el Perú. En aquellas épocas existía una verdadera conexión entre la costurera, sus clientes y la tela. Conexión que permitía ver cuánto trabajo hay detrás de una prenda, por lo que cada elemento de la propuesta está vinculado al trabajo manual.

El factor upcycled de la marca, sigue presente con el uso del stock de telas no utilizadas. ​“El hecho de recuperar una cierta parte de telas, nos permite entrar en un proceso donde la herencia cuenta. Nos fascina mucho el hecho de heredar historias, contar historias reales, y el hecho de contar historias peruanas aún más”​, explican.

Además, esta vez, todos los botones utilizados son diferentes en cada una de las piezas, ya que han sido recuperados. ​“Recuperamos uno a uno botones de diferentes tallas, tamaños y colores. En algunas piezas los utilizamos de manera funcional y en otras prendas como parte del diseño”,​ afirman.

Siguiendo esta línea de pensamiento, en cuanto a materiales, los tejidos y todas las chompas de la marca están hechos enteramente a mano, desde el punto hasta el ensamblaje, y con lanas de baby alpaca. ​“Nos es importante tener fibras naturales con las mejores certificaciones actuales al hacer nuestras chompas a mano en el Perú. Nos pareció totalmente natural hacer uso de baby alpaca por un lado porque la alpaca es todo un símbolo peruano, y por otro porque se trata de hacer uso de una fibra peruana para poder incentivar una producción local”,​ agregan.

Asimismo, el algodón orgánico garantiza que se hace un uso óptimo y sostenible de los recursos naturales locales, pues como diseñadores tomar en cuenta el ambiente es algo esencial. La joven marca sigue en pie con su objetivo de poner el talento humano en lo más alto de toda su cadena, por lo que siguen trabajando con artesanos entre Perú y París, produciendo solo lo que venden y enfocándose en el trabajo artesanal.

Las fotografías de la colección capturadas en una casa típica de Perú se traducen en una historia real y cotidiana. ​“Las casas están cargadas de pequeñas historias, anécdotas, de colores, texturas, pero sobre todo de realidad. No tratamos de crear una, sino de entrar a una realidad cotidiana peruana. Estamos obsesionados con la realidad. En esa casa, por ejemplo, se ven objetos que son tan importantes porque nos recuerdan mucho a nuestra infancia en Perú: los matamoscas, los retratos familiares en blanco y negro de familiares antiguos, calendarios de papel, cuadros antiguos, manteles, pinturas”.

Para los gemelos hay un valor importante en la veracidad de la historia narrada. ​“Hay marcas que son como soñadas. D.N.I es algo real, pues es tan personal lo que contamos. Es nuestra historia. Esa realidad queremos narrar, narrar algo auténtico sobre el Perú. Nuestra misión es hablar de historia peruana, de dónde venimos, quiénes somos y proponer así una visión peruana y contemporánea de la moda”.

Fotografía Alexander Pérez-Flores
Modelo Fahd Sales
Dirección de arte & styling Pamela Casale
Pelo Winie Calvay
Maquillaje Adrian Rey

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