La perfumería, el cuidado de la piel y la belleza son industrias verdaderamente longevas. Para permanecer vigentes, ha sido indispensable una continua reinvención. Con una industria actualmente valorada en 511 billones de dólares, gran cantidad de celebridades ponen a prueba su suerte en el creciente mundo del skincare y las líneas de maquillaje. ¿Cómo es que pasamos del boom de perfumes al boom de la belleza? ¿Qué tienen los productos de celebridades como Ariana Grande o Selena Gómez que los hacen tan irresistibles? Analizamos el mundo de la belleza y el impacto que las personalidades de la farándula internacional tienen en este.
Por Luis Jesús Risco
Desde su debut en Broadway con el musical Thirteen, Ariana Grande no deja de sorprender a sus seguidores con su evolución y progreso constante. Entre The Voice, la versión cinematográfica de Wicked y sus demás proyectos personales, se podría asumir que la artista estadounidense tiene suficiente en su plato por el momento. Sin embargo, semejante asunción resultaría errónea y se estaría subestimando el talento y espíritu trabajador de una de las figuras más influyentes de la actualidad. Convenientemente, la intérprete de Makeup anunció en el mes de septiembre que lanzaría una línea de belleza. Con esta, se uniría a un sinfín de celebridades en el camino del emprendimiento.
Incontables personalidades han facilitado su rostro, cabello y cuerpos a campañas de belleza; usualmente desempeñando el rol de embajadores. No obstante, más de una ha optado por canjear el papel de emisario por el de empresario, adoptando una posición de liderazgo y creatividad.
Inspirada por la ciencia ficción, el horror y el tema espacial, atando todo con una estética vintage, la primera colección de r.e.m. beauty, denominada Capítulo Uno, consiste de 11 productos para ojos, labios y rostro. “Tenía esta visión para mi línea y terminó siendo exactamente como soñaba que sería. Se siente tan honesta y real para mí” – reveló la cantante. “Quería asegurarme de que todo se viera como utilería de Star Trek o Black Mirror (…) no quería que se viera como maquillaje”, añadió con respecto al peculiar empaque.
El lanzamiento de r.e.m. beauty suma a Ariana a la relación de artistas como Lady Gaga (Haus Labs), Rihanna (Fenty) y Selena Gomez (Rare Beauty), entre muchas otras, que cambiaron su acercamiento a la belleza, pasando de ser embajadoras de marca a desempeñar un rol más ejecutivo.
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El magnetismo de las celebridades viene siendo utilizado como estrategia de venta desde los años 20, cuando Maybelline incluyó a estrellas del cine mudo en sus anuncios impresos. Posteriormente, surgió el concepto de se firmaran acuerdos y licencias otorgando a la marca autorización de hacer uso del nombre y la imagen de la persona, esto sin la necesidad de que se viera involucrada en el proceso creativo y desarrollo del producto. Este modelo ha evolucionado con el tiempo, brindando a los consumidores una noción percibida del estilo de vida de la celebridad.
Consumimos sus proyectos basándonos en la imagen que muy cuidadosamente eligen proyectar y, de hecho, nos enamoramos de estas personas que jamás conoceremos. Adquirir el producto de una persona famosa actúa como la oportunidad deseada de adueñarse de una parte de esta, acercarse a aquel estatus.
Las celebridades e influencers pioneras, se han visto ligadas a lo atractivo desde que sus imágenes pueden ser reproducidas. Incontables personalidades han facilitado su rostro, cabello y cuerpos a campañas de belleza; usualmente desempeñando el rol de embajadores. No obstante, más de una ha optado por canjear el papel de emisario por el de empresario, adoptando una posición de liderazgo y creatividad. Como lo mencionó la revista Allure, estamos viviendo en la era de las marcas de belleza de celebridades.
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La acogida de dichos productos se debe a que las personas comunes y corrientes no suelen tener contacto con celebridades en su día a día –la relación que se desarrolla con estas existe, principalmente, gracias a la distancia entre ambos mundos. Son vistas no como personas, sino productos. Consumimos sus proyectos basándonos en la imagen que muy cuidadosamente eligen proyectar y, de hecho, nos enamoramos de estas personas que jamás conoceremos. Adquirir el producto de una persona famosa actúa como la oportunidad deseada de adueñarse de una parte de esta, acercarse a aquel estatus.
Este siglo, especialmente la última década, ha traído consigo un aumento en líneas de maquillaje, cuidado de la piel y cabello fundadas por celebridades. Algunas fugaces y otras que cambiaron el panorama por completo, como es el caso de Fenty Beauty y Fenty Skin, ambas marcas lanzadas por Rihanna en el 2017. El patrón se asemeja bastante al boom de fragancias de inicios de los 2000 con perfumes de Britney Spears, Kim Kardashian y Paris Hilton como los más representativos.
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A propósito de aquel auge de la perfumería, pese al decrecimiento en demanda por fragancias de celebridades, es claro que están para quedarse. Aún hay quienes profesan fervor hacia ellas y, desde el punto de vista de la persona cuyo nombre figura en el perfume, son una manera sencilla de mantenerse relevantes y visibles durante períodos sabáticos.
El patrón se asemeja bastante al boom de perfumes de inicios de los 2000 con fragancias de Britney Spears, Kim Kardashian y Paris Hilton como los más representativos.
Ahora bien, una desigualdad clave entre los perfumes de las grandes casas de moda y aquellos de celebridad, es que estimulan diferentes partes de nuestra psicología. Como se estableció líneas arriba, hay algo bastante cautivador en la idea de poseer un fragmento de nuestra celebridad preferida. Detalles tangibles como el packaging, su imagen y hasta el diseño de la botella, materializan la predilección que se tiene por aquella figura, acortando distancias y añadiendo a la lista de aspectos en común. El olor, siendo algo tan personal, genera este sentimiento de proximidad.
Es seguro afirmar que, productos para que las celebridades venden bajo su nombre, nunca van a faltar. Mientras que las fragancias pasan cada vez más a un rol secundario, el maquillaje y cuidado de la piel toman protagonismo. Una industria que a la vez de sus protagonistas, se va extendiendo en la mente de los consumidores con estrategias claras de venta y de redefinir lo que significa crear belleza.
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