Sobre cráneos y corazones, conoce la visión de Winie Calvay sobre el hairstyling

Por Cayetano García

Mirarnos al espejo dentro de las eternas cuatro paredes durante este año ha sido una tarea dura. Hemos tenido más tiempo para conectarnos con nosotros mismos y con cómo nos presentamos a un mundo que se encuentra de cabeza. Para muchos, transformar nuestro cabello ha servido como un grito de cambio dentro de lo que se pinta como una rutina sin fin. 

Se podría decir que Winie Calvay es una artista de pelos –y pieles también– quien motivada por una visión antropológica, entrega su corazón a cambio de cráneos que buscan expresar autenticidad. 

A pesar de preferir no indagar en respuestas sobre su propia identidad, para describirse, Winie recurre a imágenes de hienas riendo, Bugs Bunny bailando y hormigas atravesadas por hongos del amazonas. Una combinación de imágenes y referencias que la dotan de una mirada única al hacer su trabajo como hairstylist. “Mi intención siempre ha sido intervenir y participar en estados emocionales y las maneras que tienen mis clientes de imaginarse. El resultado final es uno material, pero me gusta pensarlo como anzuelos de motivación para quien los necesite”, nos cuenta.

Mi intención siempre ha sido intervenir y participar en estados emocionales y las maneras que tienen mis clientes de imaginarse. El resultado final es uno material, pero me gusta pensarlo como anzuelos de motivación para quien los necesite”

Después de los tres meses iniciales de cuarentena, el gobierno peruano decretó que los peluqueros podían volver a su trabajo con un protocolo sanitario intensivo. Con mucha curiosidad, Winie adaptó su taller y sus servicios para una comunidad que le urgía su trabajo. “Me escribían para ver si ya había empezado. Ahora que han tenido mucho tiempo frente al espejo lo necesitaban, y yo necesitaba de ellos. Me encanta verlos y conocerlos”, comenta. Todos los que fueron al taller de Winie pasaron por este fenómeno, algunos interviniendo ellos mismos su cabello con la necesidad de un pequeño arreglo o cambio. 

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“Yo estuve de huelga con mi cabello” señala Winie, “Para mí lo más importante es sentir un encuentro con las personas que vienen a mi taller. No tenía ese sentir de comunidad, perdí las ganas de verme a mi misma.” La vuelta al trabajo significó cambios en cómo ejecutaba su arte: mamelucos incómodos, desinfección constante y poco contacto. “Fue complicado, yo no soy así. Cuando más en pellejo yo esté, mejor para mí.”

Yo estuve de huelga con mi cabello”

Sin embargo, los elementos fueron acomodándose a una nueva normalidad para Winie. Si bien nunca imaginó dedicarse al hairstyling, fueron una serie de decisiones y de sentido de pertenencia lo que la llevó a encontrarse con las tijeras. Desde pequeña hasta adolescente, estudió música para luego estudiar comunicación visual. Fue ahí donde encontró el valor de lo estructural. “Lo que más me gustaba en la universidad era el diseño de empaques. Me gusta la estructura de todo: en la música, el empaque, en el pelo. Yo creo que el hairstyling me encontró a mí, No tiene tiempo de inicio y menos tiempo de final.” 

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Al no poder encontrar un peluquero que traduzca su visión, inició una conversación con ella misma sobre la disciplina. “Era muy importante que se escuche cómo yo me quería presentar al mundo. El tema de la identidad siempre ha resonado en mí, así que decidí trabajar en una peluquería por un año y medio. Llegaron a mí las tijeras y empecé a darlo todo”. El principal elemento inspirador para Winie es el anime, lo cual la ha motivado siempre. Las posibilidades y fantasías dentro de los universos de cada anime juegan un papel importante en el proceso creativo de la hairstylist.

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La imagen de alguien en busca del talento de Winie conmueve en un país en donde el cabello termina siendo una pieza cargada de prejuicios para muchas identidades y que puede llegar a contar mil y un historias. A sus manos llegaron experiencias con un común denominador: lo que la sociedad dice sobre como debería verse la imagen propia. “Llegaban diferentes historias. Chicas afroperuanas hartas de recibir comentarios negativos sobre su cabello, hombres con ganas de dejarse el pelo largo como si fuera pecado… Al final todo es bienvenido en el proceso. Son pequeñas decisiones de cómo uno se proyecta en el movimiento y en el espacio, es importante levantarse cuestionando esas cosas. Es cuestión de abrazar esos conceptos, convirtiéndose en una lucha personal en sí misma.”

Cuando uno entra al perfil de Instagram de Winie, se encuentra con un mensaje cargado de significado: “dame tu cráneo, te entrego mi corazón”. Bajo su fascinación por la anatomía, la evolución y primitividad del ser humano, quien se entrega a las manos de Winie Calvay se adentra a un ritual único. “Cuando me escriben personas que no me conocen para consultarme algo, me piden que les entregue mi corazón. Todos manejan esta invitación. Una frase que tiene lo que más me importa en la vida: el ritual. Es el intercambio visceral y cultural lo que me fascina de ese proceso”. El corazón que te entrega Winie es uno movedizo, según ella, siempre abierto a quien lo necesite. 

Cuando me escriben personas que no me conocen para consultarme algo, me piden que les entregue mi corazón. Todos manejan esta invitación. Una frase que tiene lo que más me importa en la vida: el ritual. Es el intercambio visceral y cultural lo que me fascina de ese proceso”

Este año, Winie tuvo la oportunidad de dirigir a otros hairstylists y maquilladores en la obra colaborativa pro fondos Tinkuy, la cual integró diferentes disciplinas como el diseño de moda, la música y el teatro narrado en quechua. Una experiencia que considera única y diferente, ya que pudo proponer desde un lugar inicial la concepción del evento. “Hizo que mi mente piense diferente. Hay proyectos en los que el rol del hairstylist comienza desde cero, desde que se inicia el proyecto. Aportar carácter y a la creación de los personajes es una oportunidad sin igual”.

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Asimismo, junto a la diseñadora Romina Montserrat, se unieron en un “encuentro cósmico” para unas piezas inspiradas en las Crónicas de Paucartambo. Ambas conocían el trabajo de la otra y desde hace tiempo buscaban trabajar juntas. “Yo le dije que necesitaba hacerle unas piezas a ella porque había pensado en esa colaboración todo este tiempo. Parte de la familia de mi mamá es de Paucartambo, desde ese momento sentí que me tenía que salir algo crudo al llevarlo en mi sangre”. Inspirada en las historias de cada uno de los personajes, Winie logró crear piezas hechas con cabello para complementar los diseños de Romina

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Dentro de un país donde la identidad es una palabra de lucha, Winie termina por describirse a sí misma y a su trabajo como “una fórmula instantánea para poner el concepto de la identidad en manos de uno mismo”. El cabello es un material maravilloso y con un sin fin de posibilidades, el cual dota de luz a nuestra incertidumbre colectiva. Para Winie, la incertidumbre será siempre vital para realizar su arte en algo que vemos con tanta cotidianidad, nuestras cabezas.

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