Killasumaq: Identidad, orgullo y belleza

En un junio melancólico que ruega por crear historias de diversidad, amor y unidad; los colores de una comunidad que continúa gritando por ser reconocida y respetada, no se apagan. En una coyuntura aún violenta y desigual, las personas trans se han visto afectadas por la discriminación y la soledad. Sin embargo, las vidas y experiencias de la comunidad LGBTIQ+ aún nos llenan de esperanza, como la historia de Killasumaq.

En esta cápsula, conversamos con la modelo y emprendedora, nacida en la selva peruana pero que reside actualmente en la ciudad de Chiclayo, y cuya visión resuena dentro de su comunidad con perseverancia y orgullo. 




Texto & entrevista Cayetano García
Fotografía Alonso Mujica
Dirección de arte & styling Coraima Valdez

Maquillaje Adrian Rey


latex magazine


“Mi nombre está en quechua, lo elegí porque me encanta la luna, la killa. Killasumaq significa belleza como la luna”, cuenta la modelo. La energía de Killa era contagiosa, me recibió virtualmente con una gran sonrisa y con muchas ganas de responder mis preguntas. Su nombre me llamó la atención y es que su melodía conecta con quien la conoce. “He experimentado muchas dificultades y obstáculos, lo que me han hecho una persona muy fuerte, pero que aún así conecta muy bien con las personas.” 

Antes de abrir su propia escuela de modelos, Killa no se imaginó entrar al mundo del modelaje. Se encontraba estudiando diseño de modas, carrera que le apasiona, y rodeada por una cantidad de diversas modelos en sus clases, se cuestionó su capacidad para convertirse en una. “Me miré al espejo, me dije ‘tu tienes las cualidades para ser una.’ Ellas eran mujeres cisgénero, por eso al principio nadie me tenía fe”. Killasumaq comenzó buscando dentro de boutiques y tiendas de la ciudad de Chiclayo, al norte del Perú, alguna oportunidad para mostrar su belleza dentro de la industria. Fue hasta que una diseñadora chiclayana la contactó para reemplazar a una de las modelos ausentes en una aparición de un canal nacional. “Me miraban y cuestionaban, yo no había pasado por una escuela de modelos. Sin embargo gane notoriedad y terminé desfilando varias veces en el canal. Yo no me imaginé ser modelo”, señala Killa. 

La industria en donde se encuentra Killa puede ser limitante para una persona trans. La discriminación por identidad de género dentro de castings y en el entorno laboral ubican a la comunidad en una posición vulnerable y sumamente incómoda. Donde Killa estudiaba diseño, una profesora la llamaba por el nombre que figuraba en su documento de identidad y no por el cual se identifica actualmente. “Fue un proceso fuerte llegar a donde estoy hoy en día como modelo. Tenía una esperanza pequeñita que me incitaba a querer seguir. Considero que la visibilidad ha permitido más oportunidades para las modelos trans dentro de la industria. Hoy en día somos más visibles. Mientras más personajes trans y LGBTIQ+ se hagan más visibles, más la sociedad los aceptará dentro de su normativa”. 

Su efervescencia se asemeja a la década de los noventas, su favorita y por siempre inspiración. “Fue la época más brillante de la historia. La música, las modelos, Naomi, Cindy, Linda. Me he inspirado mucho en ellas, he leído mucho sobre sus vidas”, es así como hace dos años unos amigos le sugirieron abrir una escuela, sin embargo el inicio fue duro. Los pocos alumnos y una ciudad que parecía darle la espalda al comienzo no la desalentaron. En octubre del 2018, decide viajar a Lima para competir en el concurso “Model of the Year”, en donde quedó finalista. “Fue una inversión para que la escuela gane reputación y se diferencie del resto. Gracias al concurso, tengo bastantes alumnos. Es un grupo con mucha diversidad, nosotros no vemos el tema de género, tamaño, edad u orientación sexual. Todos nos llevamos súper bien.”

Fuera de la capital del Perú, la discriminación hacia las personas trans se intensifica, y el fenómeno de invisibilización hacia esta comunidad se vuelve más violenta y peligrosa. A pesar de esto, Killa ha encontrado un grupo de personas que la respaldan y que la toman como una líder de opinión y ejemplo de perseverancia. “Ese respaldo ha hecho que Killa crezca”, señala. A pesar de tener este respaldo, ser una mujer trans en su ciudad supone un reto difícil, “tengo amigas trans que tienen miedo de salir durante el día. Salen a partir de las cinco, da pena ver el miedo de mi comunidad y el odio de las personas heterosexuales.” Ella, comenta, ha vivido el acoso innumerables veces en la vía pública. “Parezco famosa, me han silbado y me miran. Sin embargo, me tomo el tiempo de educar. A quien me falta el respeto le explico de una buena manera y lo hago reflexionar sobre el por qué respetar.” La valentía de Killa es importante, la información se vuelve una pieza clave en el proceso de tolerancia, sin embargo reconoce que el Estado debería trabajar más a fondo para respaldar a la comunidad. Contar con una ley de identidad trans y políticas de protección contra crímenes de odio motivados por transfobia, son esenciales para el bienestar de esta comunidad. Si bien se han hecho pasos importantes, Killa considera que hay muchos pasos más para respaldar a las personas trans.

La discriminación dentro de la misma comunidad es un problema importante para reflexionar durante estas fechas. Personas homosexuales, a través de la historia han visto de reojo a las figuras trans y no binarias. “Hay una diferencia dentro de nuestra comunidad, debemos parar de fomentar esta desunión. No hay por qué estar entre nosotros deteniéndonos.” Este año, Killa aprovecha para reflexionar sobre la historia trans, la cual es trascendental dentro de la comunidad LGBTIQ+. Ignorar que figuras transgénero y no binarias fueron las pioneras en la lucha por los derechos para la comunidad, es un grave error. Sin embargo, en el Perú, existe un vacío académico y de registro importante sobre la historia LGBTIQ+, evidenciando la situación de marginalización e invisibilidad vivida a través de los años. “En el Perú ha sido muy difícil visibilizar la historia trans. Por eso agradezco a las personas que abrieron el pequeño orificio de visibilidad para abrir paso a otras historias como la mía.” 

Killa aprovecha esta hermosa conexión que hace con su entorno para ir construyéndose. Para ella, la identidad es cómo tú te creas al modo que quieres y “las mujeres trans nos creamos como nosotros creemos.” Esta libertad y orgullo por el auténtico espíritu de la modelo permite inspirar a una comunidad que quiere ser oída. Una comunidad que es sinónimo de perseverancia y a la que Killa busca visibilizar con su historia. “Si tienes la gran suerte de ser diferente, no cambies. Esa diferencia te hace resaltar”, me contestó Killa cuando le pregunté sobre el consejo más importante que había recibido. Una frase que gratifica y que llena de orgullo a muchísimas personas que son obligadas dentro de una sociedad opresora, a ser invisibles y no poder contar su historia.

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